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Vanessa Montfort: “Todos los personajes tienen un toque emocional”

Tras la estela del éxito de Mujeres que compran flores, la nueva novela de Vanessa Montfort, La hermandad de las hijas malas, explora los complicados lazos entre madres e hijas con una historia emocionante, tierna, cómica e inteligente que cautivará tanto a unas como a otras.


La novela explora los complicados lazos entre madres e hijas

Hay un montón de relaciones distintas y todas puestas a funcionar. Los lectores me dicen que se sienten bastante identificados tanto como hijos como con algunas madres.

Están esos cuatro prototipos relacionados con la maternidad en donde los lectores pueden verse reflejados

Buscaba que el lector se sintiera identificado. Para documentarme seguí un poco el patrón de Mujeres que compran flores. Mi yo periodista se dedicó a documentarse, hice muchas entrevistas durante dos años, primero a hijos y luego a madres. No exactamente a las madres de esos hijos para no levantar sospechas. Esto me ayudó a crear los personajes porque yo quería que fueran relaciones muy reales de dos generaciones, puestas a dialogar muy concretas y con unas problemáticas que resultaron ser muy comunes entre ellos. Quería sintetizar todo lo que me habían contado y salieron los cuatro personajes. La vida está un poco llevada a la novela y, por eso, la gente se siente identificada.

A la hora de documentarte, ¿hablaste con expertos y psicólogos?

Sí, el personaje de Ruth se hace psiquiatra básicamente para entender a su madre. Quería hacerla psiquiatra porque hay cosas que son más profundas en cuanto a lo clínico y lo médico que nos daban muchas respuestas y podían estar en el personaje. He hablado y leído a muchos expertos y, de hecho una de las frases que dice Ruth en la novela es “la crianza materna es un equilibrio entre amor y límites” está sacado de un libro que consulté mucho porque me pareció una frase muy reveladora.

Todos somos hijos, pero tenemos que saber qué es ser madre y ponernos en su lugar. Ellas van a estar ahí, pero tenemos que intentar ponernos en su piel y conocer sus sueños o lo que quieren

Exacto, ellas tienen sus sueños y sus frustraciones. Las vemos como madres y rara vez les preguntamos por sus cosas porque estamos en historias familiares, hay mucha gente o tenemos poco tiempo. Creo que es necesario que saquemos un tiempo de calidad para tener esa conversación de adultos que es importante para disfrutar unos de otros. Esto tiene que venir por parte de ambas para así disfrutar la última etapa de la vida que vas a poder pasar con tu madre y tu madre contigo.

La hermandad de las hijas malas nos envuelve en sentimientos como la emoción y el humor

Que te puedas reír y divertir con una novela no va reñido con su profundidad, más bien al contrario. En esta relación todos los personajes tienen un toque emocional e incluso los temas más duros quería tocarlos con mucho humor e ironía. Yo me lo he pasado muy bien escribiéndola.

Además, nos adentras en esa historia generacional dentro del grupo de madres llamado “Las malas hijas”

No es tanto que lo sean, es más como se sienten. Es como no llego a lo que tienen que ser por todo lo que han hecho por ellas. A veces las madres, sin darse cuenta, te reprochan cosas y llegas a sentirte mal por llevar la vida para la que te han educado. Se habla mucho de las expectativas de los padres hacia los hijos, pero no de los hijos hacia los padres. Eso cuando se dialoga y se habla es mucho más fácil entender las dificultades que atraviesa el otro para ser como tú quieres que sea o lo que quieres que sea para ti. Esto pasa con todo tipo de relaciones.

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