Sandra Barneda: “A finales del siglo XVIII es cuando empieza la lucha feminista”
Periodista, presentadora de televisión y escritora. Muchas personas la conocen más por su faceta televisiva en programas como Supervivientes: El debate, pero si hay algo de lo que puede presumir es de ser una escritora con éxito.
En 2013 comenzó a publicar sus novelas de las cuales ha conseguido vender más de 200.000 ejemplares. Sandra Barneda se encuentra ahora en la promoción de su tercer libro dentro de una tetralogía centrada en las mujeres y en los cuatro elementos de la naturaleza. Reír al viento fue el primer libro de la colección, tras el cual vino La tierra de las mujeres y, a estos dos se suma Las hijas del agua que relata las aventuras de una sociedad asentada a finales del siglo XVIII en Venecia.
Esta es tu tercera novela dentro de esta tetralogía centrada en las mujeres. En este caso la has ambientado en la Venecia de finales del siglo XVIII. ¿Por qué este lugar?
En ese contexto histórico de esa Europa dividida entre el reformismo y el absolutismo y esa decadencia en los últimos años de la República del Véneto se decía que las mujeres más ilustradas se encontraban en Venecia. Además, como esta novela es el elemento agua, pues tenía que estar ambientada en Venecia. Como dice una de las primeras frases de esta novela es una ciudad que flota.
La historia gira en torno a una hermandad secreta de mujeres que tienen un objetivo en común: ser libres, ¿por qué has querido contar esta historia?
Dentro de esta tetralogía es un homenaje a la mujer y me parecía que en el elemento agua, que son esas emociones, existe una emoción estancada que es la impotencia de vivir en un mundo que todavía es muy injusto para la mujer. Me voy a finales del siglo XVIII que es cuando empieza la lucha feminista.
¿En la novela son referentes las unas para las otras?
Sí, cada una de ellas son referentes dentro de la novela.
En tu libro muestras a esas mujeres, las hijas del agua, que son valientes, fuertes y transgresoras. ¿Las podemos equiparar a las mujeres de ahora, a esa revolución femenina que se está produciendo?
Sí, por supuesto. Salvando las distancias de más de 200 años, pero podemos compararlas totalmente tanto con ahora como con los tiempos inmemorables que han estado mujeres también luchadoras, transgresoras que no se han conformado y han tratado de cambiar las cosas. Creo que la diferencia con ahora es que la sociedad ha dado un paso más y creo que podemos establecer los pilares que construyen una sociedad definitivamente igualitaria.
En el libro hay una mezcla entre personajes ficticios y reales como Mary Wallstonecraft o María Antonieta, ¿ha sido complicada esa unión entre los personajes?
Ha sido complicado darles vida a esos personajes y que entren en la coherencia. Formaba parte del juego de esta novela para que la gente se interesara por estas mujeres, en muchos casos silenciadas por la historia, al final terminaran diciendo ¿pero qué parte de la historia no nos han querido contar? O ¿Cuántas mujeres más existen que hicieron grandes logros y no teníamos ni idea?
Entre los personajes nos encontramos con Arabella, una de las protagonistas, o Lucrecia que es un poco más a salvajada, todas ellas viven en un momento en el que son obligadas a casarse, se encuentran llenas de prohibiciones…
Era una época en la que la mujer tenía menos derechos que un recién nacido, no eran dueñas de su destino. Las obligaban a casarse y si no se casaban las metían en un convento o tenían que ayudar a la familia, pero desde luego no eran dueñas de sí mismas.
También, están las foscas que son unas cortesanas, pero que tienen cierto poder y más libertad
Sí, las foscas esas prostitutas que se salían de lo que estaba establecido en la sociedad. Me inventé el tema de las foscas, que no existía, porque es verdad que ya a finales del siglo XVIII ya en Venecia estaban muy recluidas y perseguidas las prostitutas, pero sí que me servía por todo lo que habían sido. Habían sido unas mujeres muy poderosas y habían hecho cosas que a la mujer no se le permitía.
¿Cómo ha sido el proceso de investigación?
Ha sido un trabajo tremendo, pero a la vez muy bonito porque creces y porque conocer la historia es maravilloso. Es darte cuenta de muchas cosas, es investigar y a mí me han entrado ganas de que se invente ya la máquina del tiempo y se pueda reescribir la historia.
¿Qué de Las hijas del agua tiene su paralelo con hoy?
Todo, yo creo que somos unas descendientes y unas hijas del agua. Las hijas del agua imprimen coraje, el quitarse la máscara, el vencer los miedos, el ir más allá de lo establecido, el no callarse y, todo eso se encuentra hoy en día en descendientes de las hijas del agua que también son hijas e hijos del agua.
Cuando empiezas cada capítulo se puede leer una frase de mujeres como Juana de Arco, Verónica Franco o Madame Lambert… ¿Por qué has decidido iniciar cada capítulo con estas frases?
Quería crear la sensación de cuántas mujeres anteriores, del siglo XIII, XIV y XV hablaron tan sabiamente y no teníamos ni idea. Buscaba picar la curiosidad para que las conozcan. No conocemos lo que se ha dicho y al mirar la fecha te puede resultar imposible que se haya dicho eso en esa época.
¿Con qué te gustaría que se quedara el lector al leer Las hijas del agua?
Quiero que se queden con eso último precisamente. Primero que se lo pasen bien porque es una novela de aventuras donde las protagonistas son heroínas y mujeres. Además, es un enclave maravilloso como es esa Venecia de finales del siglo XVIII. Pero, por otro lado, espero que les haya picado la curiosidad para ver con otros ojos esa historia que nos cuentan y buscar más referentes femeninos que existen y están por todos lados. El problema es que no están en la primera página y tenemos que buscarlas un poco.
¿Cómo es compaginar el trabajo en la televisión con la escritura?
Es maravilloso y creo que es el equilibrio perfecto. En la televisión tienes que alimentar el ego, tienes que estar muy segura ante cualquier cosa que pueda pasar y poder reaccionar en cuestión de segundos o microsegundos y, la escritura es un trabajo de mucha humildad y soledad.
Has usado tres de los cuatro elementos en tus libros, ¿cómo se va a cerrar esta tetralogía?
Falta el fuego y ya estoy en ello. Tengo muchas ganas de seguir trabajando en el. Voy a crear un nuevo reto y creo que me va a exigir mojarme mucho más. La gente cuando lo lea lo entenderá.