Ruta Sepetys: “La identidad tiene un papel muy importante en todas mis novelas”

Ruta Sepetys es una escritora de prestigio internacional y autora de superventas que han llegado a ser número uno en las listas de The New York Times. Las fuentes del silencio es su última novela en donde nos traslada a la época del colaboracionismo con Estados Unidos.
España recibe una multitud de turistas y empresarios extranjeros que llegan al país tras la reciente apertura económica. Entre ellos se encuentra el joven Daniel Matheson, hijo de un magnate del petróleo de Texas que llega a Madrid junto a sus padres. El destino de Daniel, que aspira a convertirse en fotoperiodista, se cruza con el de Ana, una doncella del hotel Castellana Hilton que proviene de una familia devastada por la Guerra Civil. Las fotografías de Daniel revelan el rostro oscuro de la posguerra, despiertan en él preguntas incómodas y lo condicionan a la hora de tomar decisiones difíciles para proteger a las personas que ama.Ruta Sepetys vuelve a poner el foco en uno de los rincones más oscuros de la Historia con esta novela épica sobre el miedo, la identidad, los amores que no se olvidan y la voz oculta del silencio.
Tus novelas nos han permitido conocer las experiencias vividas en los gulags soviéticos, gracias a Entre tonos de gris, o la tragedia de Wilhelm Gustloff en Lágrimas en el mar, y ahora con Las fuentes del silencio, decides dar voz a una parte muy importante de la historia de España que muchos jóvenes desconocen y que es relativamente poco conocida también en el ámbito internacional. Quería preguntarte qué te llevó a elegir ese período histórico y por qué crees que algunas partes de la novela penetran en nuestra conciencia colectiva, mientras que otras permanecen ocultas.
Cuando visité España para promocionar mi primera novela, Entre tonos de gris, aprendí muchas cosas sobre la historia de España durante el régimen franquista. Es un período que no suele estudiarse en Estados Unidos y quería compartir con el lector esa parte de la historia menos conocida. Me interesaba especialmente lo relacionado con esos niños inocentes que no tenían poder para cambiar la situación. Sobre lo que me preguntas de por qué algunas partes de la historia permanecen ocultas, hay muchos motivos, pero imagino que cada ciudad y cada país eligen las historias y la forma de narrarlas que mejor los define. Y si algunos pasajes no se cuentan, podrían terminar desapareciendo entre los pliegues de la Historia.
Has dedicado 7 años a investigar para poder escribir Las fuentes del silencio. Gracias a este trabajo de investigación, salen a la luz documentos históricos y memorias que presentas a lo largo de la novela, que proporcionan un contexto más amplio para entender mejor las situaciones que viven los personajes. ¿Hay algún hecho o declaración que te haya sorprendido especialmente?
Sí, los expedientes que descubrí en los archivos del servicio diplomático de Estados Unidos me sorprendieron mucho. Los documentos mostraban cómo habían evolucionado los objetivos de Estados Unidos con respecto a España durante la etapa franquista. Muchos estadounidenses saben muy poco de ese período y creo que les sorprendería conocer los propósitos de nuestro país, de los diplomáticos estadounidenses o del turismo que llegaba a España durante aquella época.
El título Las fuentes del silencio está cargado de simbolismo. ¿En qué sentido son “fuentes del silencio” los protagonistas de la novela? ¿Qué sugiere este título a los personajes más jóvenes: Ana, Daniel, Rafa, Fuga, Julia, Puri?
Mientras reunía la información para la novela, descubrí que durante y después de la guerra civil, muchas familias no hablaban de lo que estaban viviendo. Eso me hizo pensar en todos esos jóvenes inocentes que en vez de hablar abiertamente y perseguir sus sueños y esperanzas, se convirtieron en fuentes del silencio.
Ana guarda silencio por amor y por responsabilidad hacia su familia.
En su calidad de extranjero, Daniel no comprende ese silencio. Lo único que desea es conectar con Ana, pero las circunstancias se lo impiden. Se siente perdido en el silencio.
Rafa y Fuga son víctimas de una desmoralizadora cultura del miedo. Le echan valor e intentan moverse dentro de ese silencio para convertirse en dueños de su propio destino.
Julia está dominada por el miedo al remordimiento y guarda silencio por miedo.
Puri es producto del silencio. Cómplice inocente y temerosa por su curiosidad innata.
Daniel se dirige al lector de varias formas: a través de las fotos que hace, cuando las ordena, cuando las observa buscando algo más que la mera imagen. ¿Por qué elegiste la fotografía?
La Historia siempre ofrece diversos ángulos. Mientras investigaba, me enteré de que la guerra civil española quedó retratada en el pincel de un pintor, la pluma de un escritor y la lente de un fotógrafo. Me llamaba la atención las diversas interpretaciones que se podían hacer, sobre todo en el período que tuvo lugar después de la guerra, cuando la censura bloqueaba el trabajo de los medios de comunicación, y quise incluir en la novela todos los “ángulos” de visión posibles. Que Daniel fuera un fotógrafo estadounidense me permitía contar la historia desde el punto de vista de un extranjero.
Un tema muy importante en la novela es el de la identidad y casi la doble identidad… Tenemos a Daniel que oculta a sus padres su deseo de convertirse en fotógrafo, a los padres que ocultan a su hijo que guardan un secreto, a la madre, cuya identidad española está atrapada dentro de su identidad estadounidense, a Ana que también oculta su identidad a la familia de Daniel, y muchos más. ¿Por qué es tan importante para ti el tema de la identidad? ¿Cómo creas una identidad propia?
¡Sí! Y además de todos esos ejemplos que mencionas, quise incluir también a Robert Capa. Nació en Hungría y su nombre verdadero era Endre Friedmann, pero durante la guerra se creó la identidad de Robert Capa.
El tema de la identidad tiene un papel muy importante en todas mis novelas. Al ser de origen lituano-estadounidense, me he encontrado muchas veces en la situación de tener que explicar que aunque nací en Estados Unidos, la historia de Lituania ha dado forma a la experiencia vital de mi familia y también a mi propia identidad.
Creo que la manera de examinar nuestra propia identidad es cuestionándonos las cosas:
¿Cuáles son nuestros orígenes?
¿Quiénes somos ahora y quiénes queremos ser?
¿Qué papel queremos interpretar en la historia de nuestra vida?
¿Qué elementos dan forma a nuestras esperanzas, nuestros miedos y nuestras pasiones?
El hotel Castellana Hilton de Madrid es un personaje más del libro, además de servir como punto de encuentro para esos estadounidenses ricos que vienen a la ciudad. ¿Cómo empleas este escenario para ilustrar el contraste existente entre la forma de vida de Daniel y de Ana? ¿En qué sentido crees que el hotel influyó en la vida de sus empleados o de las personas que vivían o trabajaban cerca, sobre todo en la década de los cincuenta del siglo XX?
Cuando decidí que una parte de la novela la narraría a través del punto de vista de un estadounidense, utilizar el Castellana Hilton como decorado me pareció la opción obvia. A finales de la década de los cincuenta, llegaron a Madrid muchos turistas procedentes de Estados Unidos. Los hoteles históricos como el Ritz los rechazaba porque armaban mucho alboroto, mientras que el Castellana Hilton acogía a celebridades como Ava Gardner o Frank Sinatra y hasta toleraba el mal comportamiento de los turistas, los hombres de negocio y los diplomáticos estadounidenses. El hotel proporcionaba un lugar en el que dos mundos tan distintos como los que habitan Daniel y Ana se solaparan. Como decorado me permitía abrir una puerta a través de la que cada personaje podía “echar una ojeada” al mundo del otro y ver que no encajaba, aunque le gustaría.
En cuanto a los empleados, imagino que el hotel habrá planteado preguntas difíciles de responder sobre las enormes diferencias existentes entre la vida de los huéspedes y la suya.