Mercedes Fisteus: “Me traigo la historia de Salem a nuestras tierras”

Mercedes Fisteus fue galardonada con el Premio de Novela ateneo Joven de Sevilla gracias a su libro Dentro de dos años. Esta novela cuenta la historia de uno de los acontecimientos históricos: los juicios de Salem. La autora ha querido mostrarlo desde un punto de vista diferente: la del juez principal del caso, alguien que existió de verdad. Una combinación de fantasía y realidad que pasa sobre las condiciones éticas y legales de algo que, al igual que otros hitos, no giró solo sobre la religión.
¿Cómo te sientes al haber sido galardonada con el Premio de Novela Ateneo Joven de Sevilla?
En una nube. Estoy que no me lo creo y pensaba que me había enfriado un poco porque desde que en junio me dieron la noticia pensaba que ya se había enfriado todo, pero esto de la promoción es nuevo para mí y no termino de bajar de la nube.
En esta novela te trasladas al siglo XVI, momento en el cual el tribunal condena a las brujas de Salem, ¿por qué decides escribir sobre este tema?
A esta trama llegué un poco por casualidad. Yo estaba leyendo un poco de estas historias que me llamaban la atención desde la Inquisición hasta esa persecución de las brujas y llegué a Salem porque es la cacería que más se conoce. Yo llegué desde la Inquisición española y luego sí que me topé con otras cacerías de España como la de Zugarramurdi o aquelarres que se conocen por León, pero ya es distinto porque cuando ves sobre el tipo de brujas que en Galicia son más las meigas y son curanderas ya no es tanta caza de bruja. Di con Salem que es el más conocido, fui buscando un poco de información y luego vi una conexión con España a partir del nombre de Salem y pensé que esto no se me podía escapar.
Automáticamente empecé a idear una historia y la primera historia que hice no tenía nada que ver porque era una cosa más común que yo ya había visto en el mercado. Yo tenía que hacer una cosa diferente. Me fije que nadie hablaba sobre el punto de vista de los jueces o de lo que había pasado después. Cogí al juez principal que además era un personaje interesante y pensé en cómo sería la historia desde su punto de vista. Luego surgió una aventura que le hago pasar a lo largo de toda la trama que incluso es más ambicioso de lo que yo tenía al principio. Yo voy repasando la historia real y a la vez él va teniendo una clase de aventuras en donde no dejan de pasarle cosas y al final le dan mucho dinamismo y así se inmiscuyen temas como hacer tratos con el diablo, que eran temas muy antiguos de la literatura. Yo he ido cogiendo esos espacios que veía que no estaban tan explotados. Al final, yo he terminado enjuiciando al propio juez y creo que todo tiene mucho equilibrio y ha salido una cosa bonita.
Este tipo de historias han estado muy manipuladas tanto en el cine como en la literatura
Totalmente y lo que yo echaba de menos precisamente era eso, la falta de manipulación. Esto al final es ficción histórica porque hay una historia fantástica en torno a lo real, pero sí que creo que respeto la historia real como a lo mejor no lo hacen otras adaptaciones que son puramente sobre temas mágicos o persecución política. Están muy bien las adaptaciones que se han hecho sobre todo aquellas que tratan sobre el machismo imperante y luchan por el feminismo. En la historia original eso se ve.
¿Cómo fue la creación del personaje del juez?
Ha sido difícil porque a pesar de ser una persona que existiera de verdad, de esa persona no había mucha información y la que había no me servía para lo que yo quería transmitir. Todo lo que siente y lo que pasa lo he tenido que inventar porque, al final, el tiempo en el que sucede la historia tras la tragedia y la histeria es algo de lo que no había registro y es un poco con lo que tienes que jugar. Realmente, mi juez se parece poco al real porque luego los jueces hicieron un escrito arrepintiéndose cuando las niñas dijeron que habían realizado los crímenes y creo recordar que William Stoughton ni siquiera estaba. Yo le doy una vuelta completa al personaje siendo una persona muy arrepentida, amargada y resentida con todo el mundo y lo que pasó. El construir esa personalidad ha sido una actividad que he hecho de cero y ha costado. Además, son unos sentimientos que aunque tú los tengas de base porque todo el mundo nos hemos arrepentido de cosas, hemos sufrido o amado no era en estos límites. Yo he tenido que ampliar todo eso y he necesitado de la imaginación.
¿Es complicado unir esa parte más de fantasía con la realidad?
Sí, el buscar un equilibrio y sentir que no engañas, que respetas la historia original, pero también que la llevas a un punto que hace reflexionar. Para mí ha sido difícil porque lo he hecho de forma paralela a lo largo de la trama. A le vez que yo estoy contando la historia de la trama que he creado, que es la parte de ficción, yo cuento en modo de recuerdos del juez lo que paso de verdad. Tengo que tener cuidado de no confundir al lector. Creo que al final lo he conseguido y he tenido que revisar todo varias veces.
Esta historia también recoge alguna sorpresa en donde se ve la unión con España
Sí, yo creo que esa es la gran sorpresa de la novela. En sí mismo es muy sencillo, pero creo que a la vez le da su emoción y personalidad. Al final, yo me traigo la historia de Salem a nuestras tierras. Lo que es para algunos a una americanada, lo acerco a nosotros porque el hecho tiene que ver y se puede juntar si se hace con cuidado. Ha sido difícil porque traer un personaje típico de las colonias y puritano que no tenía nada que ver con lo que había en esa época en España, es juntar cosas que no tenían nada que ver y fue otro reto.
En el libro se puede ver esa parte de crítica feminista
Yo creo que a través de la historia real se puede ver. Es algo a lo que yo no aludo directamente porque creo que no hace falta. Yo creo que de manera sutil dejo que el lector se vaya dando cuenta de cómo fueron las acusaciones porque sí que es verdad que las acusaciones de brujería acabaron afectando en todo el mundo. Por ejemplo, en Zugarramurdi quizás en menor medida que en Salem, pero se dieron. Las primeras acusaciones no fallan y a la vez son distintas. No se acusa de lo mismo a un hombre que a una mujer. Yo esto lo decía hace tiempo en un artículo que redacte en donde decía que a los hombres se les acusaba de ser jefes de las brujas, de tener un libro con todos los nombres de las mujeres de la aldea y eso no era una acusación que se le pudiera hacer a una mujer porque ellas no podían ser jefas de nada. En esas cosas se va viendo un poco el machismo imperante. Yo creo que el lector va a poder sacar sus propias conclusiones de los hechos y por eso los voy contando de una manera ordenada.
¿Estás trabajando ya en otra novela?
Tengo algunas ideas en la cabeza. Yo creo que la ficción histórica era un género que no tenía pensado al principio, pero me ha gustado y sin querer me ha atrapado. Creo que puedo seguir por esa línea porque soy más de libros de ficción o de fantasía.