Mercedes de Vega: “Esta novela habla de una familia muy infeliz que lucha por sobrevivir”
Mercedes de Vega es escritora y socióloga. Durante su carrera ha trabajado en Nueva York y en Barcelona. Entre sus trabajos se encuentran El profesor de inglés, el libro de relatos Cuentos del sismógrafo, diversos relatos en antologías colectivas, y artículos y publicaciones.
Ha sido galardonada en dos ocasiones, durante dos años consecutivos, en los Premios del Tren “Antonio Machado”. Su anterior novela Cuando estábamos vivos fue todo un éxito de público y de crítica. Con esta continuidad Todas las familias felices promete ser de nuevo todo un éxito.
Con esta novela Mercedes de Vega presenta una nueva saga familiar llena de pasión e intriga donde la vida de una periodista salta por los aires tras la desaparición de su hija en el Museo Reino Sofía de Madrid. En el transcurso de su búsqueda descubre una inquietante historia familiar que desconocía hasta el momento y que cambiará su vida para siempre.
Pregunta.- Todas las familias felices es la continuidad de Cuando estábamos vivos, ¿por qué decidió hacer esta continuidad?
Respuesta.- Tenía un relato que comenzaba al principio de la Guerra Civil, concretamente durante la época de la segunda República y terminaba en el siglo XXI. Es una saga familiar y decidí hacer dos partes de ella. La primera es Cuando estábamos vivos y la otra es la que hemos publicado este año Todas las familias felices, pero forman parte del mismo relato y de la misma familia con una distancia temporal de 33 años.
P.- Digamos que desde el principio usted ya tenía en mente que la historia se iba a dividir en dos partes
R.- Sí, totalmente. Puedo decir que tenía toda la escaleta y toda la trama desarrollada de la novela completa. Al hacerla en dos partes han salido dos novelas, pero realmente forman parte de la misma.
P.- La novela está basada en hechos reales que tienen que ver son su familia. ¿Qué motivo le llevó a escribir sobre ello?
R.- Es una novela que habla de memoria, de familias y de ahí el título de la segunda parte. La novela nos remite un poco a quienes fuimos, a quienes somos, a nuestras familias y esos secretos que nunca te han contado. Precisamente, esto fue lo que me hizo a mí querer escribir esta historia. A la muerte de mi padre que era un niño huérfano de la guerra y fue abandonado en un hospicio de Madrid desde muy pequeño y, con esas dos pinceladas que yo conocía de su vida, que eran muy pocas, me di cuenta que necesitaba contarlo. Empecé una investigación genealógica y con todas las cosas que iba descubriendo de su vida y su pasado me hizo viajar precisamente hasta a Aragón desde Madrid y descubrirlo. Con todo ello conformé una historia y realicé un relato Cuando estábamos vivos y Todas las familias felices.
P.- Al tratarse de una misma historia, ¿pueden los lectores leer los libros por separado?
R.- Son totalmente independientes. Todas las familias felices arranca en el año 1970 con la historia de un hombre que emprende un viaje para saber quién era y buscar una familia. Ese viaje se emprende hacia a Aragón, a Milmarcos al norte de Guadalajara y le hace viajar por toda esta zona, por el Monasterio de Piedra en esa búsqueda. Ese relato de ese hombre que además va a desaparecer, se solapa con el de su hija 33 años después que lo busca precisamente a causa de otra desaparición, en este caso de su hija Jimena que desaparece un día en el Museo Reina Sofía, donde luego es encontrada. Esta mujer emprende también esta búsqueda precisamente para encontrar a su padre. Los dos relatos son como una especie de juego de espejos absolutamente independientes de la primera historia Cuando estábamos vivos. Algunos sí que son los mismos personajes, pero yo los introduzco y hago ciertas elipsis para remitirle al lector un poco la información de ese pasado de los personajes que circulan por la novela Todas las familias felices.
P.- El título del libro está sacado de una frase de Tolstói, ¿por qué quiso poner este título sacado de esa frase?
R.- Esa frase de Tolstói es muy representativa de mi novela. Yo quería explorar ese significada de esas primeras líneas con las que comienza Ana Karenina que dice: “Todas las familias felices se parecen unas a otras; pero cada familia infeliz tiene un motivo especial para sentirse desgraciada”, y esta frase es tan intensa que la quise explorar y hacer mía en la novela. Es un poco el estilo de la novela, podemos decir que es como esas novelas rusas, la épica y es un homenaje a ellas, tanto el título como el contenido.
P.- En la novela plantea diferentes conceptos de la familia
R.- Sí, digamos que lo que intento con la novela es un poco derribar esos tabúes. La familia fundamental de Todas las familias felices, que es la que conforma Teresa Anglada y sus dos hijas es una familia monoparental. Yo soy socióloga de formación y me apetecía hablar de ello. Quería sacarlo a relieve y poner sobre todo la lucha de las mujeres o los hombres que deciden tener una familia sin su progenitor al lado o sin ese soporte o ayuda, la problemática, las vicisitudes y lo duro que es educar a los hijos en soledad. Entonces, mi familia de Todas las familias felices es una familia monoparental de una mujer que decide tener a sus hijas por inseminación in vitro.
P.- Es un tema que hasta hace pocos años era más bien tabú
R.- Sí, es un tema que ha sido muy tabú y muy poco explorado por las personas que querían tener hijos. Es otra fórmula de formar otra familia y por qué no. Yo lo reivindico porque es una forma de que todas las mujeres que deciden tener hijos en soledad tienen todo el derecho de recurrir a un banco para hacer realidad ese sueño. Con este libro pueden sentirse reflejadas con los personajes y con los problemas que pasan para poder sacar adelante esas familias.
P.- Otro de los temas a los que haces referencia en la novela y de los cuales se está hablando mucho es de las desapariciones.
R.- La novela habla de las desapariciones, de la huella y de la profunda desgracia que causa una desaparición de un miembro en las familias, mucho más incluso que una muerte. Por ejemplo, como en la novela que desaparezca tu padre y que nunca más sepas de él o de lo que ha pasado es algo muy terrible. Quería explorar desde el punto de vista literario, todas esas sensaciones y esas vivencias dramáticas que puede experimentar una persona. En la novela hay dos desapariciones. La primera es la de Tomás Anglada y luego la desaparición de su nieta Jimena 33 años después con un final feliz.
P.- La simbología y las ubicaciones han jugado un papel fundamental para usted en la novela.
R.- Todas las localizaciones de la novela son reales y no hay ninguna inventada. En las dos novelas he querido hablar siempre de lugares reales que existieran porque creo que los lugares reales influyen mucho a la acción de las personas. Un lugar está muy íntimamente relacionado con nosotros y yo creo en el espíritu de los sitios. Entonces, todas las localizaciones son reales y además, quería hablar de ellas para resaltar su historia.
Por ejemplo, el Museo Reina Sofía que fue un antiguo hospital, el Hospital Provincial de Madrid, fundado por Carlos III. Era un hospital enorme lleno de historia, que fue anatómico forense y depósito de cadáveres. En frente estaba el Hospital San Carlos que era el hospital universitario y también, necesitaba rescatar un poco del olvido esa zona que ahora miles de personas y turistas pasan por allí y no saben realmente que fue ese lugar. También, la ciudad de Arturo Soria que es otro sitio muy emblemático en la novela. La zona de Aragón como el Monasterio de Piedra que es un sitio tan mágico que lo he sacado en la novela porque la familia Anglada precisamente son aragoneses, son judíos conversos, que pertenecen a esa parte de los españoles que tuvieron que huir o cambiarse los apellidos y la identidad para sobrevivir. Por eso, la novela habla mucho de identidad.
P.- En el libro habla de una felicidad dentro de la infelicidad
R.- Esta claro que el título es retórico. Precisamente, a veces las familias son todo menos felices lo que pasa que intentan serlo y eso es lo maravilloso que tiene también la familia. La gente está unida por vínculos genéticos y no son vínculos amistosos que uno elige. Tú naces en una familia y no puedes elegirla entonces, a veces las familias no son felices. Esta novela habla de una familia muy infeliz que lucha por sobrevivir y llegar a conquistar un poco de paz, felicidad y una memoria. Creo que al final lo consiguen.
P.- La primera novela Cuando estábamos vivos tuvo un gran éxito, ¿se imaginaba el éxito que está alcanzando esta segunda?
R.- La verdad es que la primera novela tuvo una gran aceptación entre los lectores, gustó mucho. Los lectores estaban esperando no el final de la historia porque Cuando estábamos vivos se cierra bien, no deja espacio a que haya algo que la complete, pero sí que es cierto que la historia daba muchísimo de sí, hablaba mucho más de esos personajes y de todo lo que les ocurría en el tiempo para completarlo hasta hoy en día.
P.- ¿Qué es lo próximo que podremos leer de Mercedes de Vega?
R.- Estoy trabajando en una novela, pero todavía le estoy dando una vuelta. Se desarrolla parte en Montreal y parte en Madrid. Estoy muy ilusionada con ella. Posiblemente pueda ver la luz en un año, pero de momento son todo proyectos.
P.- Nos gustaría que recomendara a nuestros lectores un libro que le haya gustado
R.- Estoy leyendo una biografía de Scott Fitzgerald que me encanta y que ha escrito un autor italiano Pietro Archiati que es un biógrafo excelente.