Iván de Cristóbal: “La desinformación genera juicios de valor y enfrentamientos”

Con una prosa exquisita y trepidante, Iván de Cristóbal maneja intriga y empatía llevándonos de la mano junto a sus dos protagonistas, tan auténticas y reales que querremos acompañarlas y sentiremos como nuestros todos sus tropiezos y los impactantes giros de guion que les aguardan durante esta historia. Situaciones insólitas y personajes singulares que nos llevarán a un sorprendente desenlace.
Sala de espera reformula las reglas de un buen thriller hasta convertirlo en un fascinante dilema ético y regalarnos una historia de superación adictiva e inolvidable.
¿Cómo te sientes al haber publicado tu primera novela?
Estoy aliviado y con mucha energía. Llevo mucho tiempo trabajando en comunicación y consultoría haciendo guiones, pero siempre tenía la espinita de escribir una novela. Tengo una colección de relatos incompletos y, cuando acabas uno sientes un gran alivio. Lo segundo me siento muy realizado porque creo que hasta que no te pones a escribir una novela, lo acabas, se lo das a alguien para que lo lea y ves que lo disfruta y lo valora no tienes ni idea de si sabes escribir. Todos somos capaces de imaginar historias, pero no sabemos si las contamos bien. Cuando te das cuenta que la gente que lo lee está disfrutando, le gusta e incluso genera debate te sientes muy realizado. Estas dos cosas son las que ahora mismo inundan mi estado de ánimo. Además, estoy súper agradecido porque esto es como una carrera de obstáculos.
Sala de espera combina actualidad, reflexión social y suspense
Los valores marcan mucho a esta novela. Siempre reflexiono en el mundo que nos rodea porque creo que somos personas con una carencia brutal de empatía. Todos tenemos nuestros valores que van marcados por la familia, entorno, por el contexto o por la religión. Y, todo aquello que es diferente, que tiene un código diferente de valores en vez de empatizar, de entender o de juntar posiciones nos enfrentamos a ello. Yo creo que un poco es de lo que va esta novela.
En el caso de Mariona, ella tiene sus valores derivados de un juramento hipocrático y se enfrenta a un colectivo que tiene otros valores moderados por la religión. Como escritor no intento demostrar los valores que son mejores o peores. La cuestión es cuando se enfrentan y cómo actúa cada uno cuando ve cosas que no entiende o encuentra muy alejadas. Yo creo que una historia como la de Mariona es más de valores y la otra es más de propósitos.
Gracias al libro, el lector llega a conocer los valores de los testigos de Jehová
Siempre he pensado que cuando nosotros no entendemos la posición de alguien es porque nos falta información. Es imposible tener el conocimiento de todo. Lo curioso es cuando te enfrentas con alguien que viene de otro contexto, de otro entorno, tiene una información diferente y te preguntas cómo es posible que acabes enfrentándote de una manera tan severa. Realmente esto nos pasa a todos.
En el caso del libro, Mariona va descubriendo poco a poco todo. Me interesaba mucho reflejar la evolución que ella tiene desde que toma la decisión hasta que la evalúa. Poco a poco va dándose cuenta que todo tiene sus matices y aristas. En la novela no me quiero posicionar en ninguna parte. La desinformación genera juicios de valor y enfrentamientos. Ojalá en vez de darnos en darnos herramientas para pelear mejor, nos dieran herramientas para aprender mejor. En este caso he tenido que investigar mucho sobre los testigos de Jehová.
La novela tiene unos giros sorprendentes
El gran giro lo tenía planificado desde el principio y es el esqueleto de la trama. La estructura general también la tenía planificada y en cada parte se van cerrando cada una de las historias. La parte de los secundarios fueron surgiendo conforme iba escribiendo. Me gusta ser muy directo al contar las historias, los tiempos verbales están en presente y me gusta poner el peso en las situaciones para que avancen. También buscaba que el lector se pudiera acercar a los personajes, que sufriera y se alegrara con ellos.