Henar Álvarez: “Me gusta mucho que el humor que hago tenga varias capas”

La cómica, guionista y presentadora de radio y televisión Henar Álvarez nos sorprende con su primera novela gráfica La mala leche. En ella nos habla sobre los dramas de la vida moderna donde se entremezclan feminismo, maternidad y sexo en clave de un humor irreverente.
Entre sueños húmedos, camisas de lactancia y chats clandestinos de Telegram discurre esta novela gráfica provocadora y costumbrista, salpicada de humor negro y libre de tabúes.
La mala leche cuenta la historia de Nani, una madre primeriza que sufre pequeñas explosiones de ira. ¿Cómo fue crear este libro?
No me fue muy complicado porque es un libro medio autobiográfico. Hay cosas que están inventadas para darle continuidad a la historia, pero casi todo lo que cuento me ha sucedido en algún momento de mi vida. Además, muchas de las reflexiones que hago me las llevo haciendo desde que tengo uso de razón. Al final, lo que he tenido que hacer es articular todas estas reflexiones, todas estas vivencias para crear la historia que yo quería contar que era mostrar como las mujeres vivimos el deseo y, como en un momento determinado en el que acabas de parir, de ser madre el mundo te sobrepasa y cómo podemos encontrar x vías de escape. Siempre había parecido que una mujer no podía contarlas o estaba feo decirlo y eso es lo que quería hacer. Creo que lo he conseguido.
¿Cómo surge la idea de llevarla a cabo?
Yo siempre he querido escribir, me ha gustado mucho y no es la primera vez que intento escribir un libro. Soy cómica, guionista, he escrito muchos artículos y siempre mi gran pasión ha sido el cine y la lectura. Tenía muchísimas ganas de contar una historia de ficción. El libro surge de ese deseo de contar la historia y, luego la editorial se pone en contacto conmigo para hacer este proyecto. Yo lo primero que dije fue que no porque otras editoriales ya me habían ofrecido esta posibilidad aunque haciendo ensayos feministas y yo no quería. Yo buscaba contar ficción y hacer historias. Al final, ellos me dijeron que podía hacer lo que quisiera y fue cuando les propuse mi idea me dijeron que sí y salió todo.
Hablas de ese deseo sexual no resuelto, del miedo a la muerte o de los machismos encubiertos…
Son un montón de temas a los que yo les llevo dando vueltas siempre. El deseo, el machismo, la forma de crecer laboralmente, que como madre me sigan considerando un sujeto y no me quiten oportunidades porque piensen que como soy madre ya directamente no me pueden ofrecer algo y, cosas así son temas a los que siempre les he estado dando vueltas. Creo que nos faltaban referentes culturales para agarrarnos a estas cosas. Yo he visto muchas películas de hombres que acaban de ser padres, se encuentran sobrepasados y se echan un amante. Me pregunto dónde están las mujeres sobrepasadas porque yo no las veo y parece que nosotras no estamos legitimadas y que no tenemos ese derecho de estar mal una vez que eres madre. Se piensan que siempre tienes que estar bien, que eres un ser de luz para que a tu descendencia no le falte de nada y, a mí me faltaba esa reivindicación de que somos personas.
Me gusta mucho esa mirada cómica que le das al libro para decir esa realidad al mostrar que las mujeres no son perfectas ni como madres ni como esposas
Al ser cómica, mi objetivo es que la gente se ría y me gusta mucho que el humor que hago tenga varias capas. La primera tiene que ser la de la risa. La gente cuando me escucha o cuando me lee se tiene que reír si eso no lo consigo es que he fracasado. En la segunda capa me gusta que haya una crítica, una reflexión o una pequeña reivindicación. Además, me parece que una historia como ésta entra muchísimo mejor si la cuento con risa que si la cuento de otra manera porque de no hacerlo así parecería un poco turra. Pero, de esta manera te ríes, no juzgas a la chica, por lo que vas empatizando con ella que es lo que yo pretendía. Eso creo que se consigue gracias a que lo cuento de una manera cómica.
¿Por qué decidiste hacerlo en forma de novela gráfica?
Yo creo que esta novela contada con imágenes gana muchísimo. El hecho de verte hablando frente al espejo, verte el cuerpo, los brazos del chico, viendo al marido cumpliendo el deseo sexual de la leche resbalándole por el cuerpo… el hecho de verlo en imágenes creo que la da fuerza y era la herramienta necesaria para contar esta historia.
Las ilustraciones las ha hecho Ana Müshell, ¿cómo fue el trabajo con ella?
A Ana la elegí yo. En Planeta me han dado total libertad para hacer el libro que yo quería hacer. Yo sabía que quería hacer el cómic, una vez que ya tenía el tema del que quería escribir y me pidieron los primeros capítulos para ver cómo iba la historia nos pusimos a buscar una ilustradora. Yo conocía el trabajo de Ana y me encantaba. Me parecía que era un tipo de dibujo que le venía al pelo a lo que yo quería contar. Nos pusimos en contacto con ella, le contamos la historia y se sumó.
La unión de colores con el rosa, el blanco y el negro creo que le dan un punto muy característico a la historia
Algunas personas me han preguntado si el hecho de hacerlo en rosa era por una cuestión ideológica y la verdad es que no. Lo pusimos porque pensamos que era el color más bonito y que mejor quedaba. Hicimos pruebas en mostaza, en marrón, en morado y antes que este rosa era un fucsia lo que pasa que cuando hicimos las primeras pruebas de impresión el fucsia saturaba mucho las páginas. Al final, fue Ana la que nos dijo de rebajar el rosa y hacerlo más clarito. No ha tenido nada que ver con que el rosa sea el color de las chicas. Al revés, yo soy una persona que huye de eso porque no me parece que haga falta reivindicar lo que ya está asentado. Fue una cuestión puramente estética.
¿Cómo llevas el compaginar la escritura con ser guionista?
Lo llevo bastante bien. El libro lo escribí durante el confinamiento con lo cual estaba solo dedicada a eso. Ahora mismo estoy muy feliz porque lo puedo compaginar con mi faceta como cómica en el programa de radio que tengo ya que grabamos una vez a la semana. No lo llevo mal y, de hecho, me gustaría seguir escribiendo libros y contando historias porque es lo que a mí me gusta.
La mala leche es una novela gráfica rompedora, provocadora, gamberra y con un humor negro ¿por qué los lectores no pueden perdérsela?
Yo creo que la principal razón es porque se van a echar unas risas. Creo que es un libro con el que te ríes, es divertido y que se lee muy bien. Además, creo que también te puede hacer reflexionar y pensar sobre diferentes cosas, pero la primera razón es para reírse un rato.
Enhorabuena porque este libro se va a convertir en una serie de televisión. ¿Cómo te sientes?
Estoy eufórica porque es algo que siempre he querido hacer. Cuando era pequeña quería ser directora de cine, siempre he querido contar mis historias y sentir que tengo una oportunidad para convertir esta historia en una serie es algo increíble. Es una evolución de los personajes y me hace inmensamente feliz.