David Toscana: “Escribir sobre personajes que no están pisando bien la realidad es muy rico”

David Toscana nos adentra en El peso de vivir en la tierra en donde la noticia de la muerte de tres cosmonautas soviéticos al volver a la tierra, después de 23 días en la estación espacial Sályut, es el detonante del delirante viaje que va a emprender Nicolás. Amparado por la pasión lectora, cambia su nombre por el de Nikolái Nikoláievich Pseldónimov y su vida cotidiana, la de principios de los años setenta en el norte de México, se convierte en un friso que conjuga todos los tiempos y todos los espacios de la literatura rusa: desde Tolstói hasta Bulgákov, desde Chéjov hasta Ajmátova.
Nicolás y su mujer, junto a un puñado de desconocidos que se les unen por el camino, recrean con fervor escenas, conversaciones e historias de un amplio abanico de novelas, cuentos y obras de teatro, pero que a diferencia de los caballeros que imitaba don Quijote, están protagonizados por antihéroes. Decenas o cientos de relatos que nos ayudan a recomponer su propia historia y a intuir su desolación ante un mundo en el que no encajan, al que solo pueden enfrentarse con la imaginación.

¿De dónde nace esta historia?
Llevo desde niño leyendo todo lo que tiene que ver con la literatura rusa. Un día me hice la pregunta quijotesca y pensé en una especie de Don Quijote que leyera literatura rusa y en qué se quiere convertir. A partir de ahí, comienzo a explorar este personaje. Él piensa que quizá tiene que ser alcohólico, que tiene que matar a una prestamista. Su mujer que también entra en el juego tiene que optar entre enfermarse quizá de tuberculosis o ser prostituta. Poco a poco se van metiendo en este mundo no para degradarse, es para poder tocar lo más alto y lo más bajo de la condición humana.
Es imposible no querer a Nikolái Nikoláievich
Para mí escribir sobre personajes que no están pisando bien la realidad es muy rico porque la prosa se vuelve más libre y uno no tiene que ser tan lógico y razonable. La capacidad que tienen los personajes de imaginación es tan bien la que yo me doy. Las palabras no tienen que ser el lenguaje de ellos, ni muy fiel a lo verosímil son bastante más libres y creo que esto le da posibilidades a la novela. Aunque pueda ser una obviedad lo que digo la novela está hecha de palabras.
Él toma un camino más hacia la degradación
La idea del héroe tradicional se modifica en la literatura rusa. A veces, en esta novela, se exploran cosas grandes como la posibilidad de ir al espacio y, también, cosas pequeñas y ordinarias como los accidentes o enfermedades que no están en los planes de la gente.
El libro refleja bien la diferencia entre lo que quieres y lo que puedes hacer
Todos tenemos más sueños que realidades. Cuando somos más jóvenes tenemos muchos más planes y, luego nos vamos acomodando a la realidad y a conformarnos. La literatura siempre fue ese lugar en donde la gente puede soñar.
¿Con qué te gustaría que se quedara el lector de esta novela?
Una cosa sería que algún lector empezara a leer literatura rusa por mi novela, que se convirtiera en ese puente. Además, creo que la novela es un homenaje a los escritores rusos que durante siglos no han tenido una libertad. Estos escritores trataron de escribir, se jugaron la vida, fueron desterrados, fueron a campos de trabajos forzados, los ejecutaron o los excomulgaron. Cuando uno ve la lucha que han tenido estos autores para hacer esta literatura creo que tendríamos que ver la gran importancia de la literatura, cómo hay algo a lo que nos tenemos que acercar sin importar si es rusa, francesa, española… La literatura creo que es algo grande y, la tradición nos dice que incluso es algo por lo que se da la vida.