Carla Montero: “Quiero que el lector se pueda sentir identificado”
Un triángulo amoroso marcado por el deber, la fidelidad y la pasión. Es la clave de la última novela de Carla Montero, El viñedo de la luna. Implicada en la Resistencia francesa, atrapada por las intrigas y los secretos de su familia política y perseguida por los fantasmas de su pasado, Aldara se ve obligada a sobrevivir a uno de los momentos más difíciles y apasionantes de la historia.
A través de tus palabras somos testigos de esa cara de la II Guerra Mundial más desconocida, ¿cómo fue el proceso de documentación?
Todas mis novelas tienen un componente histórico así que toda la fase de documentación es intensa. En esta me sorprendió que apenas había información especializada sobre el tema. Había dos libros, uno escrito por unos americanos, que tampoco era muy riguroso desde el punto de vista histórico, y otro escrito por un historiador francés que sí tenía más datos. Lo malo es que los dos decían cosas contradictorias. El del historiador es más riguroso y el de los americanos contaba con testimonios de los bodegueros y sus familias. No sabías a quién hacer caso de los dos. En España no había nada y me sorprendió que en Francia hubiera tan poca documentación. Luego, me di cuenta que estos temas de la II Guerra Mundial son bastante controvertidos porque se crea como una épica cuando acaba la guerra diciendo que todos lucharon, se resistieron contra los nazis…Y, la realidad, en el mundo del vino, es que no fue así.
Es un tema que no interesa mucho investigar en esa zona aunque, con el paso del tiempo sí se está empezando a hacer. Cuando se marcharon los alemanes, los bodegueros se encargaron de destruir cantidades ingentes de documentación para no dejar pruebas de todos los negocios que habían tenido con los nazis. Por eso, para los investigadores había sido muy difícil encontrar documentación sobre esto. Así, que sí ha sido un proceso complicado y duro de documentación, sobre todo, la parte de ir derribando mitos que se habían ido formando a lo largo de los años.
¿Tenías conocimientos sobre la parte del vino, sus elaboraciones…?
A mí la parte del vino siempre me ha gustado mucho. Sí, ha sido diferente el conocer la forma en la que se elabora el vino en Borgoña. Burdeos es muy similar a la forma en la que se hacen los vinos en España. De hecho, muchas de las bodegas de Rioja las pusieron en marcha gente que venía de Burdeos. Sin embargo, Borgoña es un mundo aparte. Se hace vino de una forma muy diferente dentro de unos básicos para todos. Ellos tienen una cultura muy distinta de aproximación al vino, de la consideración de dividir las parcelas y catalogar los vinos. Es muy diferente a lo que hacemos aquí y me ha sorprendido mucho. Ahí es más importante la tierra de donde sale la uva para hacer el vino. Conozco un porcentaje ínfimo de lo que es el vino en Borgoña, pero lo suficiente como para trasladarle al lector lo que quería contarle en esta novela.
Los personajes son un valor añadido en El viñedo de la luna. Aldara va creciendo conforme va sucediendo la historia
Me gusta mucho la construcción de personajes. Me resulta muy entretenida y es un reto. Mis novelas son sobre todo de personajes aunque, haya una ambientación histórica y una trama que puede ser más o menos de tensión. Todas tienen un punto en común y son los personajes. A mí me gusta contar historias de personas, pero de personas corrientes con las que el lector se pueda sentir identificado. Yo en estas novelas lo que quiero contar al lector es cómo hacia esta gente corriente para sobrevivir en tiempos excepciones, extraordinarios y adversos.
Aldara es una chica que empieza con sus reservas, secretos y miedo a abrirse. Es bonito ver la forma en la que crece y va madurando a lo largo de esta historia porque las circunstancias también la llevan a eso.