Vetusta Morla lanza su ritual final en el Wizink Center
El grupo cerraba su gira “Cable a tierra” colgando el cartel de “sold out” en los dos conciertos que realizaron en el WiZink Center de Madrid. Una oda al folclore y a lo popular que es sin duda el baluarte de Vetusta Morla en este álbum. Se desprende de la idea de lo global para enfocarse en lo local desde lo más profundo de la tierra. Vinculando su música a las costumbres.
Una vez más, la banda madrileña reafirmó su estrecha conexión con el público y el éxito constante, manteniendo una alta calidad tras estos dos años que han estado girando por festivales, recintos y estadios de todo el país.
El grupo liderado por Pucho deleitó durante dos horas a sus fans con un espectáculo sonoro y visual imponente. El escenario que estaba flanqueado por dos pantallas permitía una experiencia completa para los espectadores y mostraba la armonía entre los diversos elementos presentados por la banda.
Puñalada trapera abrió nuevamente el repertorio para continuar con La Virgen de la Humanidad y El imperio del Sol. Una audiencia totalmente entregada que supo acompañar al conjunto con canciones como El hombre del saco y Maldita Dulzura.
A lo largo de su carrera Vetusta Morla ha dejado un legado en cada melodía. Y, en esta noche especial no pudieron estar mejor acompañados junto a la formación gallega Aliboria y los palentinos El Naán inundaron el estadio con arreglos de percusión tradicional y folclore castellano. Rodrigo Cuevas también se unió a la banda en Finisterre.
23 de junio, Copenhage, Consejo de Sabio y Te lo digo a ti son canciones imprescindibles en los conciertos y que el público corea a pleno pulmón. Sálvese quien pueda y Valiente marcaron la recta final que, en un momento, recreó el apagón que ocurrió al inicio del concierto en el Metropolitano, cuando un fallo de sonido dejó en silencio a los seguidores durante unos breves minutos. Aunque en esta ocasión, el público del WiZink Center siguió cantado, reviviendo la anécdota que inspiró el documental Bailando Hasta el Apagón.
Llegaba entonces el final, momento en el que Pucho se daba cuenta que prácticamente no había parado para dirigirse a su público. Quiso dedicarla unas palabras agradeciendo a su equipo y al público “cada noche, cada ritual, cada hoguera y fuego que apagar” en estos dos años que llevan girando. Y acababa con “que a nuestro público favorito le queden muchos años” con el apogeo final y un glorioso triunfo en la capital.
El concierto en Madrid marca el inicio de un más que merecido descanso para la agrupación que han dejado una huella profunda en la historia de la música española.