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Rayden, una emotiva y épica despedida en Madrid

Rayden se despidió el público madrileño en una noche épica. Foto: M. Tobajas

Gracias y mil veces gracias por hacernos disfrutar de tu música, de tus canciones, de tus letras, de tus directos, de tu voz y de tu banda. Posiblemente me quede corta diciéndote un gracias por todo lo que nos has regalado durante estos años.

Anoche nos despedimos de ti y de tu banda en el WiZink Center y, sin duda, ha sido una de las mejores noches de este 2023. No solo por lo que disfrutamos con cada una de las canciones también, fue una noche emotiva que no olvidaremos nunca.

Un show de más de 150 minutos en donde repasó toda una carrera, que suma catorce años sobre los escenarios. Aproximadamente 8.700 personas se reunieron en Madrid para cantar cada canción como si fuera la última vez. El pistoletazo de salida llegó con Patria de los ausentes, No hago rap y Pólvora mojada. El cantante dio la bienvenida al público agradecido por la lealtad, el cariño y sobre todo, por ser parte de una noche invencible e inolvidable. “Gracias por llenar otra vez este sitio”, decía de corazón. “Prometo que cuando termine el concierto, todos vamos a sentir lo mismo. Gracias por ser compañeros de vida”.

Tras esas palabras, Rayden junto a Mediyama, seguiré enloquecida por lo bien que funcionan juntos, hicieron que se elevasen los cánticos del público con temas como Ayer a estas horas, Alma 22 y recuperando A tres pasos y medio que se daba la mano con A mi yo de ayer o Habla bajito. El ritmo de la noche no dejó de aumentar. En esta noche madrileña llegó muy bien acompañado de varios amigos. Los primeros en subirse al escenario fueron Travis Birds y Víctor Cabezuelo que interpretaron Llanto.

Calle de la Llorería llegó con una mención especial para su hijo ya que quería que la cantara y no le podía decir que no en esta ocasión especial. Andrés Suárez fue el siguiente invitado en subirse al escenario para cantar Un solo ser. Poco después emprendimos un viaje por Finisterre para llegar a Don Creíque que vino con un dardo para El Hormiguero y la actitud de Pablo Motos.

Había que aprovechar cada ocasión para hacer de esta última función algo único y fue así. El WiZink se reventó con la caída de un fuerte Meteorito, con el público agachado y saltando al unísono entre una lluvia de confeti. Tanxugueiras aparecían para regalarnos Averno y ser así uno de los momentos más mágicos. Alice Wonder y Rayden unían sus voces en El mejor de tus errores enamorando a una capital que tenía las emociones a flor de piel.

El público no paró de corear con fuerza el nombre del artista que estaba visiblemente emocionado. Entre canción y canción nos lanzó grandes reflexiones y antes de No tengas miedo nos dejó esta frase “A la vida hay que tenerle respeto pero jamás de los jamases hay que tenerlo miedo”. Usando sus palabras como altavoz de lo que vivimos, reconoció que “son tiempos difíciles, son tiempos raros donde al día siguiente parece que no pasa nada” antes del contundente tema Caza de pañuelos.

Quiso hacer un pequeño homenaje a su amigo Dani Fernández que esa noche no pudo acompañarlo ya que estaba siendo padre. Con el público como dúo perfecto nos llevó a El lenguaje de los coleteros. Seguido por Solo los amantes sobreviven con la que aparecía Fredi Leis.

Rayden pedía un fuerte aplauso a su banda en donde brilla la gran voz de Mediyama, Dj Mesh a los platos, el bajo de Jhonny y la guitarra de Héctor G Roel. Celebrando esa unión afrontaron Ubuntu con la que se creaba una hermandad entre la banda y el público. A la cita tampoco faltaron Vaho, grupo que nunca había escuchado en directo y que fue un gran descubrimiento, cantaron Estatuas de sal.

Los últimos compases estaban llegando con Imperdible alzando la voz en denuncia con lo que está ocurriendo en Palestina. Haciéndonos los muertos o Animales de sombra tomaban el relevo siendo la banda sonora perfecta. Aprovechando esta última pedía perdón por si alguna vez, desde su posición, había animado a alguien a que pidiera ayuda si estaba pasando un mal momento. En los últimos años, la salud mental se ha convertido en un tema de máxima actualidad, pero cuando se trata de invertir en ella, parece que no se le da la importancia que merece. “Ojalá el día de mañana haya una salud mental pública”, comentó Rayden. Además, de estas palabras el artista no dejó de agradecer a esas personas que pudieran estar anoche allí coreando sus canciones pero, por dentro, estuvieran viviendo un infierno con sus demonios.

Miles de linternas se elevaron por el cielo del WiZink creando una imagen para el recuerdo con pedida de mano incluida mientras sonaba Haz de luz. Y de esta lluvia de luces nos vamos a una de globos para encarar la recta final del concierto con La mujer cactus y el hombre globo. La más esperada y, para mí, una de las mejores canciones del mundo llegaba para poner el punto final a este show inolvidable, Matemática de la carne. “Siempre me gusta pensar que hay un final feliz y quiero que asociéis despedida con una sonrisa”, manifestó Rayden mientras entre el público aparecían carteles con un “siempre nuestro sempiterno”. Una noche inigualable que terminaba con un “Hasta siempre” por parte del artista y con unas gargantas gritando a pleno pulmón las últimas letras de la canción para acabar con una ovación interminable: “Rayden, Rayden, Rayden”…

Una despedida dolorosa para el artista y para nosotros tus seguidores que continuaremos acompañándote en cada una de tus aventuras y seguiremos disfrutando de cada una de las emociones que nos despiertan tus canciones.

Rayden se despidió el público madrileño en una noche épica. Foto: M. Tobajas

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