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Raquel Pardos: “En el siglo XXI muchas mujeres podríamos ser Agustina”

Agustina siempre ha sido considerada como aquella heroína que disparó un cañón en Zaragoza para evitar la entrada de los franceses, durante los Sitios, en la Guerra de la Independencia Española. Mucho se ha hablado de ella y de su vida privada, pero ¿alguien realmente se ha preguntado cómo era Agustina? O ¿qué pasaba por su mente?

En la obra de teatro Agustina que se estrena el próximo 7 de marzo en el Teatro de las Esquinas vamos a poder conocer mejor la historia de esa mujer luchadora y valiente que para muchos es una gran desconocida. Asimismo, podremos ser testigos de los recuerdos y los fantasmas de Agustina que se entrelazarán en la trama principal que vertebra el relato en torno a las decisiones que cambian el rumbo de toda una vida.

Raquel Pardos, natural de Zaragoza, es la encargada de ponerse en la piel de Agustina. Esta polifacética artista también protagoniza la obra Mujeres de Paciencia Salvaje, de Ximena Vera, la comedia Capullo quiero un hijo tuyo, de Javier Durán y hace poco se le pudo ver en La chica del guante, de Verónica Mey.  Además, es miembro de la compañía Good Plays que lanza esta obra dirigida por Verónica Mey y con un texto de Fernando Sansegundo.


Agustina es toda una leyenda, pero ¿quién es realmente Agustina?

Es una mujer valiente, vitalista porque tiene ganas de comerse el mundo y que hace lo que es coherente. Creo que en el siglo XXI muchas mujeres podríamos ser Agustina. De hecho, creo que estamos viviendo un momento en donde están apareciendo muchas Agustinas.

Imaginemos por un momento que aquella Agustina que lanzó ese cañonazo estuviera en nuestros días, ¿qué crees que pensaría?

Yo creo que sería una persona que disfrutaría mucho y sería una persona peleona. Ahora mismo sería una de las personas que encabezaría el 8 de marzo y estoy segura que estaría llevando alguna asociación feminista. Agustina se replantea la cuestión de género con mucha inocencia de por qué yo si quiero luchar y defender mi tierra por ser mujer mi cargo es solo poner vendas y curar a los heridos y no puedo usar un arma. Creo que es un personaje que se lanza muchas preguntas durante la obra.

¿Qué supone para ti interpretar este personaje?

Por un lado es como volver a la raíz porque el estreno es en Zaragoza y es una figura que, aunque nació en Barcelona, ha sido un icono de Aragón. Curiosamente me he encontrado con un personaje que a pesar de ser un personaje real, que vivió hace dos siglos, tengo bastantes puntos en común con ella. Sobre todo en lo que se refiere a energía, a las ganas de expansión y crecimiento.

Con esos puntos en común que destacas que tienes con Agustina, ¿has podido llevarte este personaje a tu terreno?

Sí, curiosamente la directora, Verónica Mey, me comentaba en los primeros ensayos que había más de Agustina de lo que yo me imaginaba. Ese carácter que tiene de ser una persona muy echada para delante, muy vitalista y luchadora porque no sabe ser de otra manera y no se plantea otra opción. De hecho en el texto de la obra, el público lo va a poder ver porque se enfoca el día del cañonazo y ella revive ese momento desde cuatro puntos de vista. Aun así, ella lo hace porque le sale de un impulso natural. Hay veces que yo misma me pongo a pensar y me digo que debería pensar más antes de actuar, pero a la vez me digo que para qué voy a pensarlo porque si lo tuviera que pensar igual no lo haría. Yo creo que este personaje si lo hubiera pensado no lo hubiera hecho y lo bueno es que, al final, lo he hecho.

El próximo 7 de marzo se estrena la obra en el Teatro de las Esquinas, ¿con qué se va a encontrar el espectador?

El espectador se va a sorprender porque va a descubrir a la chica joven y con muchas ganas de enfrentarse a lo que se le ponga por delante.

La gente que vaya a ver la obra no se va a encontrar con esa Agustina que estamos a acostumbrados a ver en las películas

El espectador no se va a encontrar con una obra histórica, ni una obra de teatro documental, ni vamos a recrear los sitios. Es una propuesta diferente en donde hemos querido encarar el personaje de otra forma para que la gente pueda conocer a la chica joven que se le ocurrió meterse a artillera y pelear.

En la representación Agustina se va a encontrar con los fantasmas de su pasado y, además, para ella los medios de comunicación van a jugar un papel fundamental

Sí porque es la revisión de Agustina en el siglo XXI. Al final, ella es una chica corriente que hace algo que para ella es una reacción instintiva ante el horror que está viendo y hay una respuesta social que va en contra y que ella tampoco entiende. Todo se magnifica y es un poco lo que nos está pasando ahora. Hay cosas que pasan en el mundo que son horribles y nadie le da importancia en cambio hay cosas banales que dan tema de conversación y horas de magazine en televisiones que muchas veces es incoherente.

¿Qué se ha querido transmitir al público con esta obra?

Animar a que saquemos esa parte instintiva, a que nos dejemos de tonterías de poner el título de héroe a alguien como si fuera algo ajeno a nosotros porque todos podemos reaccionar en un momento dado así. Bajo mi punto de vista creo que con esta obra se anima a la gente a que crea más en sí misma, sea más valiente, a que no piensen tanto y a que no echen balones fuera porque nosotros somos responsables de nosotros mismos,  de nuestras acciones y de nuestros pensamientos.

Antes de ese día, ignoraba ser una mujer valiente es una frase que aparece reflejada en los carteles de la obra

Exactamente, el dramaturgo Fernando Sansegundo antes de lanzarse con esta escritura, que es un texto de nueva dramaturgia, leyó mucho, contrastó datos históricos con novelas y otras ficciones. Lo curioso es que se ha dicho mucho de ella y la relación con los hombres, sus amantes, con el hijo que tuvo y perdió, con el hecho histórico, pero nadie se ha preguntado lo que le pasaba a esta mujer por la cabeza, ella tenía amigas, tenía muchas caras, pensamientos y sombras. En la obra se va a encarar el personaje desde ahí.

¿Cómo han sido los primeros ensayos de la obra?

Antes de meternos a ensayar, como el texto era de nueva creación, lo que pasó fue que Fernando Sansegundo nos iba pasando escenas y nosotras tuvimos la oportunidad de tener unos ensayos previos en donde probar ese texto para tenerlo ya cerrado y meternos a ensayar. Es verdad que Fernando al ser también actor es una persona a la que le gusta probar. Hay veces que el texto puede sonar o leerse muy bonito en papel y en el escenario puede no cuadrar. Verónica y yo hemos tenido la oportunidad de encontrarnos con el personaje. Además, con los ensayos lo que ha quedado claro es que el personaje es un torbellino y curiosamente antes de leerlo no pensábamos que fuera tan energético como una vez puesto en escena. Nos hemos dado cuenta de que Agustina es fuego y viento.

Una obra dirigida por Verónica Mey con la que ya has tenido el placer de trabajar en otras ocasiones

Nosotras llevamos trabajando juntas un par de años y me encanta porque nos complementamos muy bien. Yo tengo esa parte como más intuitiva y más irracional y ella es la que me para muchas veces los pies. Ella es más dogmática y marca un poco la pauta.

En la obra también hay una colaboración de artistas como Laura Contreras, Carmen Gutiérrez y Jorge Usón

Los tres son unos artistas muy completos, son tres actores con una gran trayectoria, dentro de sus distintas edades, y son tres personalidades muy fuertes y es lo que me gusta de ellos.

¿Te sientes nerviosa por hacer el estreno en tu tierra?

Mucho porque ya hace ocho años que me fui de aquí. Estuve una época viviendo en Budapest y no he tenido la oportunidad de venir aquí a trabajar  tanto como me gustaría. Hasta ahora lo que he hecho es la colaboración en Grupo 2 Homicidios, en el capítulo piloto, he rodado un par de anuncios en Zaragoza y nada más. Mi carrera de teatro es principalmente en Madrid y en Hungría, pero no en Zaragoza. Estrenar aquí es volver a mis raíces porque yo empecé a hacer teatro en el aula de la universidad de Zaragoza y desde entonces ya no he vuelto. De eso hace ya diez años así que voy a poder reencontrarme con las tablas y el público aragonés.

¿Por qué el público debería de ir a ver Agustina?

Animo al público a que se haga autor de su propia vida que es un poco lo que busca el personaje de Agustina, hacerse responsable y autora de su vida. La gente lo que tiene que tomar es conciencia de esa responsabilidad como ciudadano y de que nosotros también podemos ser héroes.

Dejando a un lado a Agustina, ¿dónde más podemos ver a Raquel Pardos?

Continúo con la obra Mujeres de paciencia salvaje basada en la novela Mujeres que corren con lobos en el Teatro de las culturas en Madrid y es una obra que espero que venga a Zaragoza porque os va a encantar porque tiene música, danza, canto en directo con cuatro actrices en escena. Con este espectáculo llevamos ya más de un año y seguimos rodándolo. La suerte que tengo es que en los trabajos en los que he estado trabajando estos últimos años siguen estando en cartelera.

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