Nave 10 Matadero acoge el estreno de “La otra bestia”
Rujas es autora y protagonista de este espectáculo, con dramaturgia y dirección de José Martret y Pedro Ayose, que supone la adaptación al teatro de su propio poemario

Nave 10 Matadero acoge el estreno absoluto de La otra bestia, espectáculo que adapta a la escena el poemario homónimo de Ana Rujas, con dramaturgia y dirección de Pedro Ayose y José Martret, y que podrá verse en la Sala Max Aub de este espacio del Área de Cultura, Turismo y Deporte del 9 de enero al 2 de febrero. La polifacética actriz y creadora regresa al teatro como autora y protagonista de este laboratorio íntimo en el que se mezclan teatro, poesía y ficción, acompañada por los intérpretes Joan Solé y Teo Planell (del 9 al 12 de enero y del 21 al 28 de enero) e Itzan Escamilla (del 14 al 19 de enero y del 29 enero al 2 de febrero).
Inspirado en los textos afilados, salvajes y directos que la propia Rujas publicó en 2023 bajo el título de La otra bestia (Aguilar), el espectáculo es un montaje multidisciplinar en torno al desamor, el deseo, la belleza, la búsqueda de lo sublime, la conexión espiritual o el miedo a caer en la mediocridad, entre otros temas, que recuerda la necesidad de redención a través del arte.
La otra bestia, que se podrá ver en Nave 10 Matadero, es el viaje hacia la soledad y la muerte −pero también hacia el autoconocimiento− de Sara (Ana Rujas), una mujer que intenta nadar en el naufragio de su relación sentimental. Sumida en una crisis vital y de pareja, Sara ha olvidado quién era hasta que algo terrible empieza a expandirse dentro de ella. Ese algo la convertirá en el vértice central de un triángulo amoroso que involucra a su marido Marc (Joan Solé), un acomodado arquitecto, y a un joven amante, papel interpretado alternativamente por los actores Teo Planell e Itzan Escamilla. Cuando Marc regrese a casa tras un viaje de trabajo, descubrirá que Sara es otra mujer, una desconocida con otros sueños, deseos e inquietudes.
Al igual que ocurre en el cuerpo de su protagonista, en esta obra de teatro también habitan otras piezas: el drama amoroso de un triángulo de encuentros y desencuentros, la tragedia poética de lenguaje descarnado y el abismo del sueño imposible. Un juego de reflejos que hace uso de un dispositivo escénico multimedia −una cámara en directo persigue a los protagonistas incluso cuando escapan del ojo del espectador− y que nos arrastra por los pasadizos del espacio interior.