Portada » Teatro » José Luis Gil: “Cyrano es un personaje que recoge todas las cualidades para un actor”

José Luis Gil: “Cyrano es un personaje que recoge todas las cualidades para un actor”

El actor José Luis Gil nacido en Zaragoza vuelve a casa durante las Fiestas del Pilar para presentar un clásico para el teatro “Cyrano de Bergerac”. Una obra que cuenta la historia de un hombre valiente pero acobardado ante la mujer que ama.

El actor está viviendo un momento de éxito profesional ya que tanto en el teatro, como en la televisión y en el cine está inmerso en grandes proyectos que están teniendo y tendrán grandes resultados.

Cyrano de Bergerac podrá disfrutarse hasta el próximo 15 de octubre en el Teatro Principal de Zaragoza. Las sesiones de lunes a sábado serán a las 20:30 horas mientras que el domingo será a las 18:30 horas.


José Luis Gil se mete en la piel de Cyrano de Bergerac

Lleva muchos años dedicándose al mundo del espectáculo, ¿cómo recuerda los inicios?

Fueron de niño y los tengo muy presentes porque son cosas que nunca se olvidan. Mi hermana mayor me llevaba a lo que ahora llaman castings que antes eran convocatorias para niños que necesitaban para hacer alguna serie y luego ya empecé hacer las infantiles de teatro español en Madrid. Fue muy casual, muy de la mano de mi hermana mayor y no es que naciera de mí, pero luego sí que me di cuenta que a base de salir al escenario y trabajar aquello me gustaba.

Ha interpretado a muchos personajes a lo largo de su carrera y ahora se mete en la piel de Cyrano de Bergerac, ¿cómo está siendo esta experiencia?

Maravillosa porque es un personaje que siempre he pensado que es de los más importantes de la literatura universal, hablando del teatro puro y duro, y en verso. Es un personaje que recoge todas las cualidades para un actor porque pasa por todos los sentimientos posibles en lo que dura la representación y es maravilloso. Cyrano es aventurero, presuntuoso, valiente, tierno, enamorado, se podría decir que incluso un poco acomplejado. El texto es muy bonito. La obra tiene una carpintería teatral perfecta y es maravilloso meterse ahí aunque hay que sufrirlo mientras se hace y disfrutarlo porque él sufre y disfruta.

En la obra tiene que realizar un proceso de caracterización, ¿cómo lleva esa parte?

Es novedosa para mí porque normalmente mi transformación física, en prácticamente todo lo que he hecho ha sido mínima o la necesaria en ese momento. En este caso sí que lleva un previo que buscándole toda la parte buena que tiene, que es mucha, te ayuda a ir metiéndote en el personaje y ver cómo se va componiendo ya no solo dentro de ti sino por fuera. Te vas mirando en el espejo y ya ves más a Cyrano que a José Luis.

¿Cómo nació este proyecto?

Nació de las ganas de hacer algo ilusionante que fuera más allá de lo profesional, de hacer una obra u otra, de ensayar a tal hora, sacarle el máximo rendimiento a un texto que puede estar bien, que te apetece o no. Nosotros queríamos que fuera algo muy nuestro que nos apeteciera muchísimo hacerlo y que supusiera, no digo un reto, pero si un aliciente en el que embarcarnos durante un buen trecho del recorrido que partimos desde el texto haciendo una versión no nueva sino nueva por vieja quiero decir porque, siempre está basada en la versión francesa literal y con una versión que se hizo en España al año siguiente de estrenarse en París y, entonces, de ahí se ha sacado una nueva versión pero que sus raíces están muy ancladas en el original entonces, desde ahí han pasado todos los procesos producción, elección de actores y todo. También, quisimos ilusionar a la gente para que entrara en el proyecto y conseguir una producción, que no es fácil, para hacerlo en una compañía privada y, aquí estamos con mucho camino por delante si nadie lo evita.

¿Qué la obra sea en verso supone un mayor reto?

No, no es ningún reto de hecho yo quería que fuera en verso porque se puede hacer y se han hecho versiones que no lo son. José Ferrer se llevó en su día, en los años 50, un óscar por Cyrano de Bergerac y no era en verso sino en prosa. Pero yo quería que fuera absolutamente en verso porque también viví de adolescente haciendo teatro a  la fuerza del verso y cuando está bien hecho la palabra tiene otra dimensión para decir algo que sugiera el amor, el romanticismo están cogidas las palabras perfectas y como al decirlas tienen la música que lo hacen más romántico todavía o incluso más agresivo cuando quiere ser irónico. El verso si está bien hecho, como es el caso, y  bien construido tiene una dificultad añadida, pero esa dificultad lo convierte en algo más espectacular.

¿Cuál considera que es la clave del éxito de esta obra?

Creo que el éxito es la propia obra ya que es un clásico como lo son todos los clásicos porque son perfectos y están muy bien hechos porque quien los hizo era un genio, dio con la clave y le salió. Luego a lo mejor coges obras posteriores o anteriores y no son tan redondas pero los clásicos lo son porque perduran a través del tiempo, porque son perfectos y el público lo recibe así. A lo mejor el autor cuando lo hizo tenía buenas sensaciones y, luego resulta que lo pones en un escenario y falta algo. El público cae en algunas escenas, lo hace aburrido o es interesante pero no atrapa al espectador y cuando todo eso confluye, lo lanzas al público y coincide que todo el mundo aplaude conforme está hecho se convierte en un clásico de una obra de teatro.

Usted es de Zaragoza, ¿qué le supone la vuelta a su tierra y sobre todo hacerlo encima del escenario del Teatro Principal?

He venido ya tres o cuatro veces por el Teatro Principal y siempre que paso es especial. Es mi ciudad, es la ciudad en la que yo nací, aquí están mis raíces y las raíces de mi gente que están muy repartidas entre Teruel y Zaragoza. Mi hermano y yo nacimos aquí y volver es como encontrarte en casa aunque no pasees por estas calles todos los días, te encuentras en casa y el teatro es una maravilla. Además, este teatro es una preciosidad y es al que todos cuando iniciamos una gira queremos ir.

Ha trabajado en varias series de éxito en televisión, en cine y en el teatro, ¿dónde se siente más cómodo?

Procuro sentirme cómodo en todo lo que hago porque me parece que es la mejor manera de sacarte partido a ti mismo cuando estás creando un personaje o estás haciendo algo de ti mismo, pero digamos que lo que más vivo y lo que es más directo es el teatro. Creo que es la base de un actor, en donde se enfrenta a muchas cosas y donde tiene la respuesta inmediata del público, donde todo es muy concentrado en dos horas o tres y requiere de una energía muy particular, pero la respuesta está en el momento y te la llevas a casa. Incluso sin verte te da la oportunidad de rectificarte si algo no ha funcionado bien con el público o crees que no lo has hecho bien o cuando algo lo has hecho bien procurar que eso no crezca y se convierta en malo sino que esté siempre en su medida. La magia del teatro no la tiene ningún otro medio.

Ahora también está inmerso en el rodaje de “Miau” de Ignacio Estaregui, ¿cómo está siendo el rodaje y el poder trabajar con él?

Está siendo fantástico. Cuando me ofreció el guion lo leí pero no tenía pensado hacerlo, no tenía pensado hacer cine porque venía de terminar la serie, estábamos embarcados en esto, la serie la empezaremos a grabar pronto y no lo tenía pensado. Las cosas que me han ofrecido de cine no me han interesado demasiado, pero lo leí de una tirada a las cuatro de la mañana de un día que no tenía que madrugar.

Es una película que tiene cositas que hacer y parte de una idea que es muy sencillo, todo muy reconocible con algunos puntos de fantasía del personaje por el que se ve que es su historia, la historia de sus amigos a través de su visión con el punto de fantasía que todos tenemos pero una historia muy tierna y bonita. Yo creo que estamos haciendo una película muy bonita y eso para mí es decir mucho, por lo menos yo lo estoy viendo así.

Trabajar con Ignacio Estaregui es un placer porque tiene toda la película en la cabeza sabe perfectamente los planos que quiere y tiene montada la película en la cabeza antes de empezar el rodaje. Tiene una producción previa, una planificación tan grande que sabe perfectamente lo que quiere y no enreda más. Eso mismo que él quiere se hace las veces que haga falta y una vez que lo tiene pasamos a lo siguiente y, la verdad es que trabajar así es fantástico no es como tener la sensación de ser un laboratorio y ver lo que sale de ahí. Te pones en sus manos y a trabajar.

Antes hemos hablado de sus inicios pero tras estos años y su experiencia, ¿cómo concibe ahora su profesión?

Es mi trabajo y cuando algo sale bien de lo que estás haciendo estás muy contento pero yo digo siempre que hay que pinchar el globo de los éxitos que parecen que son tan rutilantes como las audiencias y te permiten seguir, pero hay que pinchar el globo cada noche para que al día siguiente vuelvas con ilusión y es pico y pala. El día que te descuidas todo se va al garete y tienes que empezar a contar lo que fuiste o hiciste porque esto se renueva constantemente. Nosotros venimos aquí y la semana siguiente vendrá otra compañía, el año es largo y vienen muchas compañías para que perdure el recuerdo en alguien que ha venido a verte a lo largo del año y que hayas sido lo que más le ha gustado tienes que trabajarlo para volver al año siguiente sino de esa imagen no te pasan el sueldo todos los meses. Creo que es pico y pala y tener la suerte de trabajar en una cosa que te gusta, que disfrutas y que sufres.

A modo de recomendación, ¿por qué debería de venir el público a ver esta obra?

El público debería venir porque va a ver un clásico entre los clásicos. Yo creo que Cyriano de Bergerac debería estar en cartel constantemente con una compañía u otra y, porque de los clásicos beben todos los demás autores que luego han descubierto cosas, pero las bases ya las sentaron otros. Además, creo que hemos hecho un espectáculo digno de verse y muy honesto, muy trabajado donde hay una ilusión y un entusiasmo por parte de quien lo hace que no es habitual y el resultado es óptimo. Si no lo ven no pasa nada en su vida pero si lo ven van a tener la sensación de que han ido al teatro, ha merecido la pena y van a salir con la sensación de que han visto teatro durante dos horas y creo que eso hoy en día no es poco.

Hay que ir al teatro [insiste] que estamos adocenados en el sofá viendo televisión primero porque es barata, segundo porque es fácil y porque todos los formatos ya son formatos culebrón veas lo que veas ya que te dejan con la intriga del mañana sea una ficción o no lo sea y hay que volver a la esencia de lo que nosotros llamamos cultura y reivindicamos como cultura. Cultura no es una palabra es un hecho de leer, es el hecho de ir al teatro  y es el hecho de participar.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *