El público madrileño se rinde ante Morgan en La Riviera
Morgan sobre el escenario de La Riviera. Foto: Beatriz Zugasti
Una vez más, la sala La Riviera se engalanó para recibir a uno de los grupos con mejor directo de nuestro país. Tras pasar la noche anterior por el Circo Price, Morgan llegó cargado de mucha energía positiva y con ganas de hacer vibrar el público con “The River and the Stone”.
El concierto, encuadrado dentro del Inverfest, resultó ser pura magia con su emotividad y su arrolladora musicalidad. A lo largo de la noche nos hicieron viajar por temas de su último disco junto con canciones que han marcado su trayectoria a lo largo de estos años.
Alone desató la fuerza vocal de Nina imponiendo una atmósfera cargada de emociones y sentimientos. La cantante confesó que estaba nerviosa agradeció al público en varias ocasiones su presencia en la sala, tanto a los que llevan mucho tiempo siguiéndolos como a los que acaban de empezar. Entre el repertorio destacaron varias canciones que el público coreó como River y Un recuerdo y su rey en donde invitaron a subirse al escenario al gran Xoel López.
Una noche cargada de buena música nos llevó a disfrutar por temas como Another Road, Thank You, Planet Earth o Home. Todos y cada uno de ellos fueron especiales y pudimos ver como tanto el público como el grupo los disfrutaba.
Otra de las cosas más características y valorables de Morgan es la buena armonía que se transmite en el escenario. Es verdad, que son amigos desde hace tiempo, pero lo que se desprende es una luz increíble. Quizás a parte de su trayectoria y las canciones esto es lo que nos atrapa y engancha desde el momento en que los ves tocando juntos.
Con los primeros acordes de Sargento de hierro y Volver se desató la emoción en La Riviera. Estos himnos de amistad y amor no dejaron a nadie indiferente. Para el final de la noche nos llevaron a ese maravilloso momento en donde Paco López, a la guitarra, y Nina se juntan en medio del escenario con Marry You.
Ver un concierto de Morgan es fuerza, pasión, sinceridad, buena música y, sobre todo, ganas de vivir y sentir al máximo.
