El Jardín de las Delicias clausura su tercera edición al ritmo de la mejor música

El público bailó al ritmo de Dani Fernández. Foto: Claudia Fernández
El sábado el festival volvía a colgar el cartel de entradas agotadas. El día prometía ser largo ya que desde primera hora de la tarde, la hora del café o de la primera cerveza para muchos, el festival daba comienzo a su segunda jornada cargada de buena música.
Los primeros en saltar al escenario principal fueron Veintinuo que nos sorprendieron a todos con su energía. Animaron al público que poco a poco fue llegando para escucharlos. Tras ellos, el turno fue para Álvaro de Luna que no paró de moverse encima del escenario y animar al público con todos sus éxitos.
Ya parecía que la gente se había despertado de sus siestas porque el recinto cada vez estaba más lleno. La fiesta estaba a punto de comenzar con Nil Moliner y es que él es todo energía y buen rollo. Desde su Despertar, Mi religión o uno de sus primeros temas Hijos de la tierra hasta llegar a su parte más melódica para emocionarnos con Soldadito de hierro o Déjame escapar. Nil sabe meterse al público en el bolsillo y a través de su esfuerzo y trabajo ha conseguido reunir a miles de personas para corear sus canciones a pleno pulmón. Esto pasó con Libertad, Bailando o para mí una de mis preferidas y que no puede faltar en sus directos Esperando. No solo puso el toque de fiesta a la tarde, nos hizo bailar, soñar y gozar como nunca.
Continuábamos con otro de los artistas del momento, Dani Fernández. El cantante se subió al escenario para seguir haciendo bailar a la gente con sus temas Disparos y Te esperaré toda la vida. Su concierto fue de reencuentros porque era una noche de amigos y así lo demostró en dos ocasiones: la primera cantando Grace con Alberto Jiménez de Miss Caffeina y la segunda con Nil Moliner y su Soldadito de hierro. También, quiso hacer su pequeño homenaje a Supersubmarina. ¿Queréis bailar preguntó en más de una ocasión? El público súper animado lo hizo gracias a Dile a los demás, Clima tropical y terminó con Bailemos.
Entre concierto y concierto pudimos disfrutar de las performances de Pablo Méndez. Cada vez que salía una era más espectacular que la anterior y esto hace del festival una imagen diferente y más visual.
Anochecía en Madrid al ritmo de Miss Caffeina. Ellos son puro espectáculo encima del escenario y es que las giras se les notan porque se mostraron súper seguros y saben ganarse al público. Entre sus temas no faltaron Mira como vuelo o Reina en donde invitaron a subirse al escenario a Rozalén.
La única mujer que pisaba hoy el escenario principal del Jardín de las Delicias era Rozalén. Nos adentró en un viaje con Este tren que nos llevó por una montaña de subidas y bajadas con sus canciones. Es un viaje emocional y fantástico el verla sobre un escenario. Nos deleitó con Y busqué, La línea y nos levantó con El paso del tiempo. Ella tiene una voz única y no paró de interaccionar con el público. Entre su repertorio no pudieron faltar dos de sus clásicos como son 80 veces y Girasoles.
Llegábamos al final de este magnífico festival y, a pesar del frío, el público no quiso perderse a Izal. El grupo dirá adiós a los escenarios este año así que no nos lo podíamos perder. El pozo, Asuntos delicados y, por supuesto uno de sus himnos Copacabana no faltaron entre su repertorio. He vuelto, de su último disco, levantó pasiones entre el público. Todos se mostraron muy agradecidos de poder estar tocando en un festival en Madrid antes de dar paso a sus conciertos de despedida en el Wizink Center a finales de octubre. Con su Magia y efectos especiales, su Pánico práctico y su Pequeña gran revolución lograron que el público se dejara la garganta cantando. Si ya estábamos arriba disfrutando de ellos todavía nos animamos más con El baile y con su mítico final La mujer de verde.
El Jardín de las Delicias es un festival que no defrauda y en el que te vas a encontrar grupos que te van a encantar. Ya estamos esperando al del año que viene.