David Otero: “El concierto es una especie de viaje en el tiempo”
En mayo David Otero lanzó su cuarto disco en solitario 1980. Un disco que lleva por título el año de su nacimiento, que grabó entre Madrid y Barcelona, pero que compuso en Portugal y Marruecos. En este nuevo álbum nos conduce a un viaje al pasado con esos sonidos ochenteros de la época revolucionaria del pop en español.
Cuando uno escucha las canciones de David Otero no puede evitar contagiarse de ese buen rollo que transmite con ellas y de ese sentimiento que tiene, pero sobre todo no puede parar de cantarlas. Baile es una de las canciones de este disco que actualmente está teniendo un gran éxito. En ella canta junto a Rozalén y han sabido unir sus voces llegando a crear un tándem perfecto.
Pregunta.- 1980 es el nombre de tu último trabajo que coincide con el año que naciste, ¿por qué ese nombre para el disco?
Respuesta.- El día en que surge ese nombre en mi cabeza es el día en que estaba grabando el videoclip del primer single Jardín de flores. Estaba colgando un post en Instagram con una foto porque el videoclip iba a estar ambientado en los ochenta y puse el hashtag 1980 para referirme a esa época. Durante el proceso de grabación del disco habíamos estado hablando de lo importante que habían sido todos los sintetizadores analógicos durante la grabación, en el proceso de producción y, también, en nuestra vida como unos elementos que nos han marcado mucho a nivel musical tanto al productor Tato Latorre como a mí. De repente, vi la luz y dije es el año de mi nacimiento, la época en la que empecé a escuchar música y empecé a sentir que esto me encantaba. Me pareció un título muy divertido y acorde a todo lo que estábamos haciendo.
P.- ¿Qué referencias musicales tienes de aquella época?
R.- Tengo referencias de todo del pop español como podrían ser Duncan Dhu, Gabinete Caligari, Hombres G y Mecano. Del pop internacional que era lo que en casa nos gustaba más porque tengo hermanos mayores y les gustaba mucho Madonna, Prince, Aerosmith o Queen. La verdad es que oíamos de todo.
P.- El disco tiene canciones muy pegadizas de esas que no puedes dejar de escuchar, ¿cómo fue el proceso de composición y grabación?
R.- El proceso de composición fue a partir de un par de viajes y de mi estudio en Madrid. Hice un par de viajes a Portugal y a Marruecos. Soy una persona a la que le gusta mucho el mar y me parece que es precioso para componer estar en sitios donde se vea el mar. Es una manía mía, pero me transmite mucho y busqué ese par de lugares inspiradores de donde salieron la mayoría de las canciones. Luego, las empecé a grabar en mi estudio y en el estudio de mi productor en Barcelona. Lo produjimos entre los dos y ahí está el resultado. Me alegra que me digas que son canciones pegadizas y que no puedes parar de escucharlas porque eso es lo que intentamos.
P.- En las canciones no solo has hablado de amor también de esas relaciones turbulentas o de locuras
R.- En las letras me dejo llevar un poco por lo que estoy sintiendo en cada momento y no me paro mucho a pensar en los argumentos, en si son coherentes entre sí o en si tienen una línea temporal. Directamente lo que siento que tengo que contar lo cuento y cierro esa canción y voy a otra. Hay de todo y yo creo que los argumentos de las letras son variados. Hay temas que parecen que hablan de amor y no y, otros temas que parece que no hablan y sí que hablan de amor.
P.- El disco has conseguido incluir ritmos muy diferentes
R.- Hemos hecho un proceso en el cual la producción del disco la hemos hecho un poco al revés de lo que estábamos acostumbrados. Yo siempre estoy acostumbrado a partir de la guitarra y empezar a construir desde ahí. En este caso, lo hemos hecho a la inversa. Hemos dejado la guitarra para el final que es nuestro medio y en donde nos sentíamos cómodos porque tanto Tato Latorre como yo somos guitarristas casi por encima de todo. Nos parecía que si construíamos sobre eso nos íbamos a sentir un poco condicionados sobre el sonido. Sin embargo, empezamos programando con cosas de reproducción antiguas las canciones intentando buscar un cambio en nuestra manera de actuar e invirtiendo un poco el orden de grabación para buscar algo diferente. Ha sido un proceso de experimentación. Nos tomamos cada disco como una búsqueda y este ha sido un poco de lo mismo.
P.- Jardín de flores fue el primer single del disco y cuenta con un sonido más diferente
R.- Es un poco más funky y la parte ochentera se quedó un poco más fuera. Estuvimos más inspirados por grupos punk funk que nos gustan que directamente por el pop de los ochenta. El sonido sí que es muy distinto.
P.- Un sonido más alegre en donde hablas del recuerdo se puede apreciar en Como ya no estás
R.- Habla de recuerdos, de imágenes y de no quererlas soltar. Es un poco lo que alega esta canción y es como que no quieres abandonar ese recuerdo, te persigue convirtiéndose en una especie de fantasma llegando a ser lo único que te queda de eso que estás recordando, que no se sabe si es una novia, un amigo, un novio, pero está rondando todo el rato.
P.- Una de las canciones que más éxito están teniendo ahora mismo es Baile en la que cantas junto a Rozalén, ¿cómo surge esta colaboración?
R.-María me encanta desde hace muchísimos años, la sigo mucho, somos amigos y en uno de esos momentos de encontrarnos y estar juntos le propuse hacer algo y me encantó que dijera que sí. Me encantó que fuera un single que está, ahora mismo, aportando algo a mi carrera y ojalá que a la suya también. Me siento muy afortunado de haber compartido esta canción con ella y que ella haya aportado su granito de arena a la canción. Siento que es una obra conjunta porque ella también ha participado en la composición de la letra. La hemos hecho entre los dos y ha sido un proceso muy bonito.
P.- ¿Cómo está siendo la gira?
R.- Muy bien. Después de los conciertos de Zaragoza y Fuerteventura paramos un par de meses y ojalá después de esos dos meses sorprenda con algo diferente otra vez. Tengo ganas de volver a cambiar un poco el formato, la idea y enfocar los conciertos que vienen a partir de 2019 de otra manera.
P.- Por lo que me dices veo que estás ya trabajando en algo nuevo
R.- Sí, aunque, por ahora, no te puedo decir mucho.
P.- Hoy tocas en Zaragoza, ¿con qué se va a encontrar el público en el concierto?
R.- Tocaré las canciones de toda mi vida y no me quedo solo en este disco aunque hay bastantes. Tocamos y cantamos todas las composiciones que son más importantes y bonitas. Al final, el concierto es una especie de viaje en el tiempo desde que empecé con 20 años hasta hoy.
P.- Me gustaría que nos contaras si dentro del disco tienes especial cariño a alguna canción
R.- Al final todas las canciones son especiales, pero hay una canción que se llama Precipicio al mar que habla de mi hija Luna que está en un momento muy bonito y está empezando a manejar el cotarro de su vida. Cada vez veo que toma más decisiones y que emprende su camino. La canción habla de dejar volar a los hijos y acompañarles, pero, siempre, sabiendo que son ellos los que tienen la llave para sus propias puertas y decisiones.