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Carlos Sedes: “Estrenar en San Sebastián es un sueño para cualquier director”

Carlos Sedes durante la presentación en el Festival de Cine de San Sebastián. Foto: E. Acín

El director Carlos Sede nos presenta su última película El verano que vivimos junto a Blanca Suárez, Javier Rey, Pablo Molinero, Carlos Cuevas, Guiomar Puerta y María Pedraza, entre otros artistas. Una historia que nos trasportará a dos épocas en donde el amor deja huella. Año 1998. Isabel (Guiomar Puerta) estudiante de periodismo, se ve obligada a realizar sus prácticas en el diario de un pequeño pueblo costero gallego para terminar la carrera. Al llegar, quiere empezar cuanto antes a investigar, a demostrar todo lo que ha aprendido para convertirse en una auténtica periodista.

Pero el puesto que le asignan es el último que ella esperaba: la escritura y gestión de las esquelas que llegan a la redacción. Pero esto, que podría parecer en principio algo aburrido, se convierte en la puerta a una investigación que la llevará por diferentes puntos de la geografía española en busca de una historia de amor imposible.


¿De dónde nace esta película?

La idea surge de los productores. Un día vieron una noticia real de una persona que le seguía escribiendo esquelas a su mujer que, realmente eran unas declaraciones de amor que le contaba lo que le había pasado a lo largo del año. Nosotros no hemos hecho eso. Lo hemos cogido como un concepto y lo hemos llevado a nuestra historia. De ahí surge un poco lo que marca el diseño de la película. El como una historia de amor aunque sea corta en el tiempo te puede marcar mucho más y convertirse en eterna. Por eso también en las profesiones que buscamos el que sea un arquitecto el que te la cuente, el que sea una persona que hace vinos, que también tiene que ver mucho el tiempo en la elaboración del vino, intentamos que todo eso estuviese plagado de símbolos.

La película nos traslada a dos épocas: el verano de 1958 y a 1998

Son dos épocas muy diferentes. Hay una que más que una investigación sería una road movie de una periodista que está investigando algo, pero más que investigarlo es algo que le está afectando a ella. El personaje de Carlos Cuevas podemos decir que es una road movie personal porque descubre quién era su padre emocionalmente porque no lo conocía. Esto a él le vale para ver en qué se está convirtiendo.

La historia del pasado habla de muchas cosas, desde la amistad entre los personajes y lo que pasa cuando surge el amor, que no te lo esperas, y lo que eres capaz de hacer por ello.

El escenario de Jerez es otro de los protagonistas de la historia

Sí, la verdad que Jerez en esos años era una locura de sitio. Los sitios que tienen este origen en la tierra, en la viña, en algo que es muy conservador y clásico, pero en cambio ese producto les abrió al mundo. Ellos vendían vino a todo el mundo y eso los convirtió en modernos, en educación para transportar el vino a cualquier parte del mundo. Después tiene eso que está muy bien que es el paisaje y las formas de Jerez que la verdad es también lo que hace muy grande la película.

¿Qué escena fue la más difícil de rodar? Y ¿cuál recuerdas con más cariño?

Siempre me parece que hay complejidades técnicas como la carrera de los caballos o el incendio en la bodega porque son complejamente muy complicadas. Después hay muchas otras que me atraen por pequeñitas, por simples, cuentan mucho más y eso seguramente tiene que ver con la relación. Por ejemplo, le tengo mucho cariño a las secuencias de Javi y de Blanca en las marismas y son simplemente conceptuales y de dos personas que están empezándose a conocer. Esas secuencias me fueron muy gratas tanto grabarlas como después ver el resultado.

¿Cómo ha sido el trabajo con los diferentes actores y actrices?

Seguramente es que esté muy habituado. Quiero decir yo hago muchas series de televisión y el trabajo con actores en diferentes instantes. Con Javi y Blanca ya había hecho tres o cuatro proyectos. Con Pablo no había trabajado ninguna vez, pero tenía muchas ganas de trabajar con él porque me impacto mucho su trabajo en La Peste. A María la conocía de varias pelis. Trabajar con Manuel Morón, que es un gran actor, me atraía muchísimo. Es ir rellenando las piezas que consideras más adecuadas para el proyecto.

El juntar actores de varias generaciones ¿fue un poco la magia del rodaje?

Sí, a veces me gusta mucho que no tiene nada que ver en maneras de entender la profesión, el tipo de interpretación que hacen y creo que le da mucha verdad.

Alejandro Sanz ha sido el encargado de poner la BSO a la película. ¿Cómo fue el trabajo con él?

La verdad que muy sincero. Yo creo que a él le ofrecimos el reto de no haber hecho nunca nada para cine y, la verdad es que se sumó con mucho interés. Después en la composición supo entender muy bien porque no se le marcó nada. Trabajamos para la película y le preguntamos tú qué crees que puede salir de aquí, fuimos muy sinceros todos y, a partir de ahí él compuso esa maravilla y la entendió muy bien.

¿Cómo te sientes al presentar la película en el Festival de San Sebastián?

Como un niño que soy de 47 años de Coruña con una marquita más y un sueño realizado. Poder estrenar en San Sebastián es un sueño para cualquier director en España.

¿Cuándo podremos ver la película en cines?

El 6 de noviembre esperamos que esté en todas las salas de cine. Que se emocionen cuando se apague la luz y la disfruten.

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