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¡Atención! Micros abiertos que La dama duende está en Madrid

En los tiempos que corren se nos hace raro pensar que en aquella época las retransmisiones de radio fueran tan diferentes, que se pudieran grabar y escuchar historias de esta manera, que los actores llegaran a un estudio y se pusieran a recitar un texto de Calderón de la Barca, de Lorca o Quevedo, por citar alguno. Con La dama duende el público es testigo de una grabación de una adaptación de una obra de teatro tal y como se hacía en los años 50 y 60.

En esta ocasión Fernando Sansegundo ha hecho este ejercicio de crear la dramaturgia y realizar la adaptación para convertirla en un doble espectáculo de teatro. El público asiste en vivo y en directo a la grabación de La dama duende de Calderón de la Barca. El director de escena es Borja Rodríguez y quienes dan vida a los personajes de esta comedia son Silvia Acosta, Luis Rallo, Anabel Maurín, Mario Alberto Díez, Eugenio Villota, Fernando Sansegundo, Rafa Núñez y Helena Lanza.

La dama duende comienza en un estudio de radio con ocho actores y actrices que se disponen a grabar la obra de Calderón. Nos sitúa en los años 50 momento en el que se comienza a transitar por la liberación femenina donde la mujer ya puede fumar, van vestidas con elegantes vestidos de alegres colores mientras, ellos no se atreven a dejar atrás ese vestuario discreto y tradicional.

En esta comedia de enredos no falta el amor, los celos, las confusiones y las clases sociales en la que, por supuesto, está en juego el honor de la mujer. Un hecho que se encontraba muy presente en las obras de la época. En este caso, el peso de esta acción recae sobre Ángela que acaba de quedarse viuda y le persiguen las deudas de su marido y las normas sociales. Interpretada por una brillante Silvia Acosta donde su decisión y su gracia hacen magia sobre las tablas demostrando que es una estupenda cantante versionando el clásico de de Siboney.

En esta historia Ángela se convierte en un falso duende para tratar de salir del encierro al que sus hermanos le han sometido para preservar su honestidad. Pero, su rebeldía le hace no admitir esta norma, aunque eso le haga tener que afrontar diversas e inesperadas aventuras tanto en la calle como en la casa.

El inicio está marcado por un buen ritmo para desembocar en una segunda jornada más plana donde el ritmo va decayendo un poco, hasta que se desencadena el final donde vuelve a aumentar con un desenlace precipitado que no sólo está presente en la obra de Calderón. El mérito no se genera únicamente en la adaptación del texto también, en la estructura que da apoyo en forma de retransmisión radiofónica. El fabuloso comienzo de la retransmisión constituye un ejercicio simpático. El director del programa de radio hace un buen papel dando las indicaciones o gesticulando si hay algún fallo, pasando por los anuncios entre jornada y jornada.

Si tuviera que poner un pero a esta obra sería el cierre final que han buscado, y no es que no me haya convencido por el mensaje reivindicativo, sino por la ejecución. Se cambia esa parte de la obra original para darle ese toque de actualidad.

La dama duende es una buena opción para quien quiera ver un clásico y su original forma de encarar la obra desde un estudio de radio de los años 50.

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