Albertina Carri sobre ¡Caigan las rosas blancas!: “Es una película mutante que invita a imaginar”

La directora argentina, Albetina Carri, nos presenta su nuevo proyecto, una propuesta radical, libre y muy simbólica. Nos ha hablado sobre el rodaje, su vínculo con las actrices y la visión frente a la crisis global entre otros aspectos.

La nueva película de Albertina Carri, ¡Caigan las rosas blancas!, es una película que se mueve entre distintos géneros como el musical, el terror o el documental.

La protagonista de esta, Violeta, es una directora de cine que hace años hizo una película porno lésbica junto a sus amigas. Y la proponen grabar una nueva película porno mainstream, lo que la hace dudar entre sus principios y las exigencias de la industria. Entonces, a raíz de ello hace un viaje desde Buenos Aires a São Paulo. Y termina encontrandose en una isla extraña donde el tiempo y las normas son totalmente diferentes, además de la fantasía y la política, lo que la hace más misteriosa y extravagante.

¿Cómo surgió el hacer esta película?

Surge un poco a través de mi película anterior que es “Las hijas del fuego” y a partir de la experiencia de habernos conocido trabajando en esa película es que empezamos jugar a hacer otra con los mismos personajes. Empezamos a trabajar sobre todo ciertas ideas alrededor de los géneros cinematográficos alrededor del viaje. «Qué significa un viaje, que significa viajar, cómo los territorios lo van verificando y esas entradas y salidas alrededor de las contingencias que van presentando cada uno de los territorios.»

Al haber coincidido con el elenco en tu anterior película, ¿Tenías claro quién iba a formar parte del reparto?

Sí, el casting estaba definido en ese sentido porque trabajar con las mismas actrices sobre todo la película muestra la voluntad y las ganas de volver a trabajar juntas. De volver a formar ese grupo, ya que a partir de ese encuentro continuamos trabajando ideas y así llegamos a este desastre de hacer una nueva película.

¿Al final al trabajar juntas anteriormente estabais más unidas, no?

Si tal cual, y también hay algo interesante en ese sentido. La primera película fue como la formación de la comunidad y en esta película ellas ya están enfrentadas a otros problemas incluso en su propio grupo,. También, los personajes se empiezan a definir muchísimo más y en la otra película trabajaba un tópico muy específico, ahora digamos que hay una ampliación de las derivas de aquel primer viaje. En ese sentido, son películas muy diferentes y no tienen nada que ver entre sí solo que a nosotras una nos llevó a hacer la otra.

El viaje que hace la protagonista, Violeta, parece muy simbólico. ¿Es una forma de escapar de algo?

En principio es una forma de escapar de algo para llegar a su propio deseo, porque luego se termina desvelando de un modo inesperado. Y también para mí sobre todas las cosas la película es un viaje a la fantasía y una invitación a la imaginación. Algo de la cita de inicio, inventamos o erramos, es un poco eso. Lo describiría con lo que estamos viviendo como humanidad, la crisis global, vientos de las derechas que corren cada vez más fuertes…

La protagonista es una directora de cine al igual que tú, ¿Te inspiraste en ti misma al hacer ese personaje?

Un poco sí, por supuesto tiene rasgos míos para también es una película coescrita con una de las protagonistas y con otro guionista así que fue un trabajo muy en conjunto y probablemente también tenga rasgos de ellos. Y también rasgos de otras cosas que hemos observado de otros directores y otras directoras. Pero sí es un carácter exquisito que seguramente alguna cosa mía debe tener.

¿Cómo fue crear ese mundo en la isla?

Bueno fue la parte más divertida de pensar y de realizar bastante compleja. Nos metimos en lugares que no están preparados, no tienen diseño logístico, entonces justamente ahí es volver a inventar, inventar formas para armar ese imaginario en un lugar que es totalmente diferente en términos de imagen y producción. Y para mí en todo el recorrido de la película la gran pregunta era «¿Hacía dónde nos llevan estas mutaciones?» y nos habitaba desde el principio el género de las vampiras lesbianas. Entonces por eso está ese mensaje en el final a la gran vampira y también pensando en el vampirismo en términos de contagio que es una idea que circulaba desde la película anterior.

¿Cómo fue el rodaje?

Fue un rodaje bien difícil porque fuimos a rodajes bastante inauditos, lugares en los que no había preparación para que llegue un equipo de rodaje y también las películas de viaje tienen esa condición de mucho traslado y mucho esfuerzo. Fue un rodaje difícil por momentos y muy divertido también por otros, tuvo todos los condimentos tal y como se ve en la película.

¿Qué fue lo más divertido de hacer esta película?

Para mi lo mas divertido de hacer esta película fue volver a trabajar con las cuatro protagonistas, pero también filmar en la selva y conocer a Luisa Gavasa, además de poder dirigirla a ella. También el vínculo que se formó entre las chicas y Luisa que venía a hacer un rol como muy importante, hacer de esta diosa. Todo eso fue muy divertido.

¿En tus futuras películas te gustaría seguir trabajando sobre estos temas como es el deseo o la sexualidad?

Puede ser que se volvieran a aparecer porque no me quedo siempre atrapada en los mismos temas, justamente estas películas hacen un salto en ese sentido pero en este mismo momento estoy leyendo en otros asuntos alrededor del sonido, la escucha, la nieve, el fuego…Son otros tópicos, pero bueno si es igual en todo mi cine aparece el tema del cuerpo político, «¿Qué es un cuerpo?»

¡Caigan las rosas blancas! no solo reafirma lo provocadora y única que es Albertina Carri como cineasta. Sino que también nos recuerda lo importante que es evadirse o inventar nuevos mundos cuando la realidad parece que se cierra. Porque como dice ella, “inventamos o erramos”.