Ricky Martin arrasa a golpe de cadera en Zaragoza

Antes de empezar el concierto ya se veía el éxito que Ricky Martin iba a lograr en Zaragoza. Todavía faltaba para que abrieran las puertas y su público ya estaba haciendo fila para conseguir el mejor hueco posible y no perderse detalle del show. Una vez abiertas el Pabellón Príncipe Felipe se fue llenando, las gradas llenas y en la pista no cabía ni una persona más, incluso la zona Premium estaba llena, primera vez que voy a un concierto y la veo repleta.

Pasaban 10 minutos de las 21 horas cuando comenzaban a sonar los primeros acordes. Una intro electrónica mostraba ya a la banda y los primeros movimientos de los bailarines, hasta que un guapo y elegante Ricky Martin aparecía, por la parte trasera del escenario, luciendo un traje de corbata negro impecable y al ritmo de Mr. Put It Down.

Las primeras canciones en inglés, como Drop in to me o This is good, hicieron que el público estuviera algo más pausado pero el puertorriqueño no tardó en conquistarlos con su sonrisa y su tema Adrenalina que hizo aparecer los primeros braceos de todos los ahí presentes. “Esta noche hemos venido a pasarlo bien, olviden los problemas, el trabajo… Esta noche me dejo aquí el alma”, fueron sus palabras. La fiesta continuó con Livin’ la vida loca que desató la locura a pesar de cantarla en inglés.

También hubo espacio para las baladas Tal vez que concluyó con un guiño con dos compases de “If you leave me now” de Chicago. Este cambio de ritmo proyectó unas imágenes de la fundación Ricky Martin, una organización que lucha contra la trata infantil, cuyo trabajo se llevó una gran ovación. Tras la solidaridad, la calma siguió con baladas como Asignatura Pendiente, Tu recuerdo donde el cantante pidió al público que no dejaran de pensar en él y, Te extraño, te olvido, te amo, una canción que ha recuperado para esta gira por España.

El cantante hizo más de media docena de cambios de ropa en el show. Combinando la elegancia con un estilo más sport y una falda que desató chillidos entre el público. A todos estos cambios de look hay que añadirle ese bigotillo y su sonrisa contagiosa. Todos los cambios fueron ejecutados con el apoyo de los interludios musicales y audiovisuales, algún solo de guitarra en clave de rock y un fantástico juego de luces.

La calma duró poco y el público ya se quedó en pie hasta el final. El público volvió a enloquecerse cuando sonaron los primeros acordes de su último éxito Vente pa’ca. El artista a golpe de cadera seguía consiguiendo los gritos de sus seguidores. La banda, más que solvente, se completaba con unos coristas que llevaban el ritmo de las canciones cuando Ricky se lanzaba al baile.

El momento sexy de la noche llegaba con la canción Adiós, de su último disco, los ocho bailarines salían al escenario con un bastón para bailar una coreografía con un ritmo de cabaret a la vez que sensual, a la que el cantante se unía en todo momento. Hay que destacar la presencia del cuerpo de baile que durante todo el show dieron sus mejores movimientos y no dejaron a nadie indiferente con ellos.

El final se estaba acercando y Ricky Martin sin dejar de bailar y cada vez más cómplice con el público dedicó el concierto a Venezuela “un país al que quiero, y que está sufriendo”, decía el cantante. Sonó una mezcla de sus hits más antiguos Lola, María, La bomba, Por arriba, por abajo, esta última llevo a una competición entre el público del Pabellón Príncipe Felipe. Los ritmos latinos no dejaron de sonar en ningún momento con Pégate. Las cámaras y pantallas que había en el escenario hicieron posible que los espectadores que se encontraban en las últimas filas pudieran ver de cerca al cantante. Para terminar, La copa de la vida y La mordidita que puso al público a menear las caderas y sirvió como despedida acompañada de humo y un cañón que lanzaba confeti.

El cantante, sus ritmos pegadizos y el buen rollo que transmitió entre el público hizo que las aproximadamente 8.000 personas que estábamos allí nos quedáramos con ganas de más baile y de él. Ricky Martin ha demostrado una vez más que ha sabido adaptarse a los nuevos tiempos. Y esperamos que esta vez no pase tanto tiempo hasta que nos deleite con otro concierto en Zaragoza.