Guitarricadelafuente y Xavier Rudd vencen al frío de Pirineos Sur
Y la guitarra fue la protagonista. Lo fue por partida doble y por todo lo alto: con los conciertos de Guitarricadelafuente y Xavier Rudd, con un lleno absoluto anunciado desde hace unos días. El primero, renovando con electrónica y nuevos hallazgos sonoros de la tradición española. Y el segundo, profundizando en ese folk íntimo y bello, marca de la casa. El resultado fue una noche especial, fría, disfrutable no solo para los fanáticos de los sonidos de las seis cuerdas, sino para todo los públicos, como demostraron las calurosas ovaciones que recibieron ambos artistas.
Guitarricadelafuente estaba destinado a actuar en Pirineos Sur. Pero quién se lo iba imaginar hace tan solo cinco años, cuando mostraba por Instagram sus primero pasos como músico. “Guantamanera” y “Quien encendió”, su paso por las manos de Raúl Refree, y el resto es historia. Fue un concierto especial, el último en “mucho tiempo en Aragón”, como aseguró el propio Álvaro Lafuente.
“Amanita”, “Ya mi mamá” y “Redondo” fueron las elegidas para comenzar la noche, con un sonido más clásico dentro de lo que es la canción española. “Con flor de caramelo” fue el primero de los momentos elegidos para mostrarse sin banda, solo con su guitarra en el escenario: igual de efectivo y más emocional. “Rebozo” y “Continicio” introdujeron ritmos más modernos y electrónica. Funcionan realmente bien, marcando una diferencia con quienes le pretendan discutir el trono.
“ABC” y “Las alturas” resultaron igual de intensas como coreadas y dieron paso a “Antes de que quieras olvidar”, “Agua y mezcal” (con su arrebatador ritmo reggaeton) y “Quién incendió”, que resultaron algunos de los temas más rompedores e interesantes. Su versión de “A mi manera” resultó placentera y refrescante pero el artista castellonense volvió a elevarse sobre las aguas con una fantástica “A carta cabal” (con ese regusto a Bon Iver).
“Sixtinain” y la esperada “Guantanemaera” cerraron un show para el recuerdo. Era el momento de Guitarricadelafuente en Pirineos Sur y cumplió sobremanera. Y para finalizar, por los altavoces, una jotica, para reivindicar sus orígenes aragoneses.
Y quizá Xavier Rudd era otra figura pendiente de actuar en Pirineos Sur. Sus sonidos cálidos, tan clásicos como renovadores de la vieja tradición del blues, su incuestionable “buen rollo” y su firme compromiso con el ecologismo y las minorías étnicas hacen del australiano un guitarrista perfecto para una noche para el recuerdo en el pantano de Lanuza. Y lo fue. No necesitó más que su gran pericia instrumental y vocal y una buena colección de canciones -y dos colaboraciones puntuales de acompañamiento vocal- para ser despedido con sentido cariño por parte del público.
Se plantó en medio del escenario flotante con su guitarra, pero bien cargado de percusiones, vientos; y recurriendo a loops y programaciones armó cada una de las canciones de su show. Con un simple rasgar de su guitarra en el arranque de “Full circle” ya recibió las primeras ovaciones. Porque había muchas ganas de ver al australiano en un lugar como Pirineos Sur. Sorprendiendo con mil trucos se movió cómodamente tanto en su faceta más folk (con un timbre que recuerda a Paul Simon pero también a Eddie Vedder), electrónica, tribal o reggae. Manejando muy bien el ritmo interno del concierto, supo alternar sus temas íntimos con los trepidantes. “Culture bleeding”, “Stormboy” o “Magic” convivieron a la perfección y la catarsis colectiva llegó con “Spirit bird” y “Follow the sun”, coreadas al unísono por la casi 5.000 personas que abarrotaron el Anfiteatro.