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El Monasterio de Piedra recupera una de sus pinturas murales

Zaragoza. El Monasterio de Piedra avanza en la restauración de sus elementos más significativos y el trabajo está dando buenos resultados. En este caso la última recuperación ha sido la de una pintura mural situada en la mitad superior de la fachada de la capilla del zaguán de la portería. Una pintura mural oscurecida y deteriorada que, tras la restauración, ha permitido identificar a sus personajes: San Martín, la Virgen María, San Benito, San Bernardo y San Jorge con el dragón.

Mide 222 x 523 centímetros y los especialistas la fechan en la primera mitad del siglo XVI, todavía con influencias del gótico internacional pero ya en pleno Renacimiento. El tema principal representado en la pared es la Virgen sentada en un trono con el Niño en sus brazos y bendiciendo, rodeada de cabezas de querubines y ángeles músicos. A la izquierda de la Virgen está representado San Bernardo y a la derecha San Benito. En el lateral izquierdo se representa a San Jorge a caballo, lanceando al dragón, y en el lateral derecho a San Martín, también a caballo, partiendo su capa para entregársela a un tullido.

Según la tradición del ‘premio lácteo’, la Virgen se le apareció en sueños a San Bernardo y le concedió el don de la elocuencia al ponerle en la boca leche de su propio pecho. Y esa escena está representada en la pintura ahora recuperada, que se ubicaba en una importante zona del monasterio. Porque en la hospedería vivían los novicios que aspiraban a ser monjes; en ella se ubicaba el hospital para enfermos y la capilla de cultos públicos. Así que ese era el programa iconográfico que daba la bienvenida a todos los que se adentraban en ella.

El Monasterio de Piedra lleva ya un tiempo recuperando los elementos más significativos de su patrimonio histórico. Hace tan solo unos meses se concluyó la primera fase de los trabajos de rehabilitación de la antigua iglesia, que incluía obras ejecutadas sobre la portada de la capilla barroca de San Inocencio. La restauración parcial de los restos conservados de la iglesia, iniciada en abril, concluirá en 2018, con el objetivo de que los trabajos se presenten dentro del amplio programa cultural diseñado para conmemorar el 800 aniversario de la ceremonia de traslación y ocupación física por los monjes cistercienses de los edificios del monasterio.

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